Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

lunes, 29 de noviembre de 2010

No tenia idea que extraño mecanismo mental le había llevado a aparcar frente a su casa, pero ya que estaba allí, subiría a saludarle.
Aunque estaba prácticamente seguro, que ella no querría que lo hiciera.
Subió.
Al llegar a la puerta, dudo otra vez, si pulsar el timbre, y buscando su aprobación acaricio la puerta. Al hacerlo esta se abrió.
¿La puerta abierta?, ¡que extraño! Ella nunca la hubiera dejado así, siempre daba dos vueltas a la llave, lo que siempre suscitaba un comentario estupido por parte de él.
Entro
La casa estaba en penumbra, no se distinguía nada, no reconocía nada, todo estaba distinto, no los muebles, que eran los mismos, sino la distribución de las estancias.
Distinguió el sofá, ese sofá de las tardes, de las seducciones.
Se sentó
Y entonces apareció ella, llevaba solo una camiseta larga que le llegaba a mitad de los muslos, que guapa le pareció, siempre le gusto.
Le extraño verle así, con lo friolera que era.

- ¿Que haces en mi casa? – pregunto ella por todo saludo
- Esta no es tu casa, no se oye la puerta del garaje –
- Pero yo si soy yo –
-¿Por qué tienes la puerta abierta? –
- Para que no entres –
- No se porque he venido, ¿me llamaste tu? –
- Te llame, pero hace mucho tiempo –
- No te oí –
- No quería que me oyeras –
- ¿Entonces por eso llevas camiseta? Hace frío
- No llevo nada, estoy desnuda –
- Esta no es tu casa, estaba la puerta abierta –

Entonces despertó, muy inquieto, dudando si aun soñaba, o si estaba despierto, fue al baño y se miro al espejo sin conocerse.
Mañana, por la mañana le llamaría.

Aunque estaba prácticamente seguro, que ella no querría que lo hiciera.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La cena

Estoy sentado en la cena de los viejos amigos que nunca fuimos. Frente a mi esta el Psiquiatra, al cual le cuento que últimamente me ha dado por bucear en las viejas cajas acumuladas y nunca abiertas después de cada una de mis mudanzas
El me escucha mientras mastica de forma grosera un pedazo de carne y cuando lo traga, me pregunta:

- No estarás volviendo oler las bragas de Mireia?
- ¡Que va! - Le respondo sonriendo. Y después de encender un cigarrillo le digo – ahora huelo las de tu ex, es que ando por las cajas de cuando me mude de Rafael Calvo, creo que aun estabais casados –
- ¡Coño!, eso tuyo se soluciona yéndonos de guarras –
- No tengo un duro – respondo
- No importa – me dice – ya me voy yo solo y luego te cuento – y se volvió a meter un pedazo de carne en la boca.

La Química, sentada a mi lado, nos escuchaba desde su 1,90 y le dice al Psiquiatra:

- Tu todo lo solucionas yéndote de putas – y dirigiéndose a mi – Joder Biólogo, lo que fumas, ¿no lo habías dejado? -
- Si, pero me gusta fumar, y he vuelto –

Ella hace como que no me escucha, y vuelve a mirar al Profesor, su amante secreto. Secreto solo para ellos dos, todos los demás sabíamos que ambos se acostaban el uno con el otro en sus imaginaciones. Llevaban 20 años haciéndolo. o mejor dicho pensándolo, pero jamás se lo habían dicho, por eso era secreto.

El Profesor decide terciar en la conversación, y me pregunta

- ¿Porque no ha venido la Arqueóloga? -
- No lo se – respondo como si no fuera conmigo – Supongo que no encontró con quien dejar a los niños. Le tocaban a ella… –
- ¿Como están los niños? – pregunta la Química
- Enormes – respondo y enciendo otro cigarrillo
- ¡Deja de fumar ya! –

El Psiquiatra que ya ha tragado la carne, me dice,

- ¡Coño! Biólogo, pareces tonto, con lo buena que esta.
- Se lo diré de tus partes – le respondo
- No deja, ya le llamo yo mañana y se lo digo -
- Tu mismo, pero ya sabes que te saca una cabeza –
- Vaya rollo raro que os traéis, para eso no haberos divorciao, hacéis lo mismo que dos casaos menos lo mas bueno y encima manteniendo dos casas – me dice la Química
- Ya ves… – le digo – ¿Y tu sigues sin hablarte con tu ex y sin dejarle ver a sus hijos? – que es el otro Químico sentado unos puestos mas allá, el cual hace como si no oyera nada.
- Ya son mayorcitos para decidir por ellos – dice ella
- Si que son mayores, si – añade el Psiquiatra riéndose con la boca llena y dirigiéndose a la Funcionaria dice:

- ¡Funcionaria! ¿Verdad que el mayor de la Química esta muy bien formado y adulto para tener 23 años? –

Ambas, la Química y la Funcionaria miran con odio al Psiquiatra, solo que esta ultima, además esta colorada como un tomate.

Yo no puedo contener la risa, pero si puedo contener silbar una melodía de Simon & Garfunkel.

Cuando termino de reír, me percato, que la Funcionaria me mira, implorando ayuda. Cosa que hago poniéndome serio, y mirándola con morbo mal disimulado. Eso si, me dispongo a desviar la atención de ella

- Química, me han dicho que vuelves a ser virgen
- Bastante te importara a ti – me responde
- Si lo digo por echarte un mano… o un dedo
- ¿Pero sabes? –
- Claro tonta, ¿no te acuerdas? –
- Pues no -

Ahora la que se ríe a carcajadas es la Funcionaria.

Al final de la mesa están Constructor y los dos Abogados, ella y el, charlando de fútbol, entre ellos esta la Ejecutiva, que se aburre aliviada.

A la derecha del Psiquiatra esta la Jueza contándole a la Filóloga, el ultimo viaje que ha hecho a los países del este, la Filóloga le mira con cara de solo poder contar la peazo hartaa de plancha que tiene para mañana.

Delante de ellas el Tendero le da un discurso al Físico sobre lo mal que esta el país, este cada vez que quiere meter baza se encuentra con otra solución maravillosa del Tendero

Mas allá la Ginecóloga les cuenta chistes guarros al otro Químico, y al Asegurador, que Tienen la vista perdida en el canalillo de la Jueza

Al terminar el último chiste guarro, la Filóloga se dirige al Ginecóloga y le dice:

- Que bien te han dejado el pecho, no se nota nada que te han quitado uno -
. A que si – dice la Ginecóloga agarrandose con las manos las dos tetas – ahora hacen unas prótesis cojonudas – y añade – Que bien que tu maridito te haya dado permiso para venir –

Cosa que hace que los presentes dirijamos fijamente la vista a las tetas de la Ginecóloga, provocando la reacción del canalillo de la Jueza que se sintió huérfano de miradas

- Luego nos vamos a bailar ¡eh! – dice la Jueza – ¿Podrás Ginecóloga?, lo digo por los puntos…

Y siguió la cena anual de navidad de los 17 no amigos de toda la vida.

martes, 9 de noviembre de 2010

La llamada

No quería hacer esa llamada, ¿o si? durante toda esa mañana cojio el teléfono muchas veces, y lo volvió a soltar.

Tal vez debería llamar, y contar a la chica del otro lado del aparato, sus deseos, sus apetencias. Y así no tener que preocuparse mas, decirlo todo, y esperar la respuesta

Se sentó en el sofá con el teléfono en mano, lo miraba sin verlo, pensando, ¿que le diría?, ¿que le pediría? Pero no hacia la llamada

Tal vez no debía llamar, debería buscar en sus propios recursos la solución a sus problemas de ese día.

De forma mecánica se levanto, se dirigió a la cocina, abrió la nevera, y permaneció frente a ella buscando respuestas, sabiendo de forma sobrada que allí, no encontraría,

Volvió al sofá, pero esta vez a tumbarse, tal vez si ponía la tele y se dormía, al despertar todo seria distinto, y no tendría que decidir nada.

Pero no pudo dormir, el deseo, la necesidad le atenazaba,

- ¿Porque no haría ayer, cuando todas las puertas, aun estaban abiertas, acopio que satisficiera sus necesidades? - pensó

Llamaría a la chica… ¿o no?

Cojio una vez mas el teléfono, marco los tres primeros números, y paro

- Piensatelo – Se dijo – Luego pasaras una tarde llena de remordimientos, y pesadez

Colgó

Pero solo para poder marcar de seguido el numero dichoso. Llamaba a la chica, su deseo era mas fuerte que él.

Sonó la señal cuatro veces antes de que oyera la voz de Ella.

- Buenos días, Telepizza, ¿en que puedo servirle?
- Querría una pizza mediana cuatro quesos., extra de queso, y un paquete de alitas de pollo – respondió el con voz culpable.
- ¿Desea algo mas? – siguió la pizpereta voz de la chica
- No
- ¿Para llevar o recoger?
- Tráiganmelo
- Muchas gracias, y buen provecho – se despido ella.

Ya estaba hecho, ya no tenia remedio… se encendió un cigarrillo

..............

Hoy no tenía nada que hacer,
pero tampoco quería hacer nada.
tal vez hiciera algo de comer
y tal vez hiciera una llamada

Tampoco le apetecía hablar
no tener que recordar lo dicho
ni tenía nada nuevo que contar
no quería escuchar perdido

jueves, 14 de octubre de 2010

El cuadro

Llego como todos los días, a la misma hora, con el mismo cansancio y la misma corbata. E hizo las mismas rutinas, se quito los zapatos, dejo las llaves en el aparador, saco de un bolsillo el tabaco y el mechero, y sin ni siquiera aun saludar, entro en el salón y los dejo en la mesa.

Y solo entonces dijo algo

- Cari, ya he llegado -

- Te oí, estoy en la habitación de la niña.-

Siguió con sus rutinas, fue a la habitación se desnudo, doblo los pantalones, colgó la corbata, y se puso el pijama.

Una vez hecho esto se dirigió otra vez al salón, y sentado en el sofá encendió la tele al unísono de un cigarrillo

En ese momento reparó en ello, el cuadro. El cuadro grande, no era el mismo, tenia el mismo tamaño, la misma forma pero no era el mismo que cuadro.

- ¡Cari! ¿Por qué has cambiado el cuadro del salón? – grito para que le oyera
- ¿Qué dices? No te oigo, - respondió ella desde el otro lado de la casa
- ¿Qué porque has cambiado el cuadro del salón? – elevando la voz
- Espera que voy – dijo ella

Cuando ella entro en el salón el le volvió a preguntar señalando el cuadro:

-¿Por qué has cambiado el cuadro del salón?-
- ¿Pero que dices? Yo no he cambiado nada – respondió
- Ese cuadro no es el mismo, es distinto –
- ¡Anda ya! Estas tonto, es el mismo que lleva allí diez años – dijo dando la vuelta y volviendo a las profundidades de la casa

El miro una vez mas al cuadro, se encogió de hombros, y cambio el canal de la televisión.

Al día siguiente, cuando llego realizo la misma rutina y la sentarse en el sofá dio un respingo. El cuadro era otro, no el mismo que siempre estuvo, ni el de ayer, otro.

- ¡Yolanda! ¡ven!- grito
- Ahora no puedo – grito ella
- ¡Que vengas! – dijo de muy malas maneras

Yolanda apareció con unos guantes de plástico manchados de un líquido negruzco, y el pelo mojado y revuelto

- Me estoy tiñendo ¿que quieres? -
- Ese cuadro no es le mismo que había ayer, ni el de siempre –
- ¿Estas de cachondeo? – Respondió ella – como se me estropee el tinte…

Y se dio la vuelta aparentando estar enfada, pero en el fondo encantada, hacia años que su marido no le gastaba una broma.

El se quedo mirando, examinado el cuadro, miro detrás, las pintura se oscurecía a su alrededor, alguna pelusa y un rastro de tela de araña, aquello parecía no haberse tocado en años.

Se sentó en el sofá, y cambio de canal.

Cuando llego ene le siguiente día, ni se quito los zapatos ni hizo nada de lo habitual, fue directo al salón., encendió la luz, y… el cuadro era otra vez distinto. Se desplomo en el sofá, sin poder dejar de mirar el cuadro

Su mujer apareció y al verle así dijo:

- ¿No te cambias?

El asintió con la cabeza, y sin decir palabra fue a cambiarse
Cuando volvió al salón, se sentó en el sofá, encendió un cigarrillo, la tele, y con el móvil el hizo una foto al cuadro.

- Mañana veremos - pensó

Llego mañana y nada mas entrar en la casa fue al salón, como siempre el cuadro era distinto, pero tenia la prueba

- ¡Yolanda! -

Y cuando acudió ella le dijo enseñándole la foto del móvil

- ¿Me vas a decir que este cuadro es el mismo de ayer?
- Si,- respondió ella – y ya vale con la bromita

Dio la vuelta al móvil y con espanto vio que la foto era del mismo cuadro que en ese momento colgado de la pared

- Me estoy volviendo loco - musito
- Anda cambiate, y descansa, - dijo ella – no decías que hoy había partido

Durante los siguientes días, meses, el cuadro fue cambiando siempre, hasta que el cambio se convirtió en una rutina mas, una más.

Hasta que un día, al sentarse en el salón. Vio que el cuadro era el original, el mismo de siempre. Pero no lo dio mas importancia

Cambio de canal y siguió viendo la tele, hasta que…

Oyó como su mujer sea acercaba, y al entrar la vio, esa no era Yolanda, era otra mujer, ni mas guapa, ni mas fea, ni mas alta, ni mas baja, era otra mujer, no era Yolanda. Pero tenía su misma voz, que le decía:
- Tan pesadito que te pusiste con lo de cuadro, y ahora que si lo he cambiado ¿no dices nada? -
- ¿Quién es usted? – solo dijo el
- ¿Qué? – con cara de no entender nada dijo la extraña
- ¿Qué quien es usted? ¡Basta ya de bromas! ¡Fuera de mi casa!
- ¡Estas loco! – dándose al vuelta y sollozando hasta que el portazo de la habitación devolvió el silencio

El se quedo toda la noche despierto, sin atreverse a acudir en busca de aquella extraña que pasaba por su mujer. Hasta que marcho a trabajar.

Cuando llego a la noche del trabajo, traía otra cara, Sin hacer otra cosa acudió en busca de su mujer, y cuando la encontró, no era la misma Yolanda, ni la de siempre, ni la de ayer, pero se acerco a ella, le beso en la nuca, y suavemente comenzó conducirla a la habitación. Mientras esto hacia pensaba:

- Hoy es hoy, ya veremos que me encuentro mañana -

lunes, 11 de octubre de 2010

Mis diez errores

Yo era un científico

Si señoras y señores, yo era un científico, era capaz de distinguir entre un ceratopsido, y un carnosaurio, por allá la rascadura de un diente.

Y como, todo científico, quise ser innovador en mi tesis doctoral, ese fue mi primer error. Así que pergeñe aplicar los modelos ecológicos y de relaciones tróficas del las sabanas de África oriental, a comunidades fósiles de dinosaurios cretácicos. Y desarrolle un sistema estadístico e informático para su aplicación

¿A que no se han enterado?

Pues encima yo intente hacerlo comprensible, y por desgracia lo conseguí, ese fue mi segundo error.

Mi tercer error fue que mitigando el hambre semanal en casa de mi mama, que por aquellos tiempos era jefecillo de una multinacional de la informática, le conté lo que hacia, Y ella orgullosisima de su querubín, va y lo casca en su empresa.

No pasaron muchos días cuando me llega una carta de la dichosa multinacional interesándose por el modelo estadístico, y yo, que en aquellos tiempos, tenia una vanidad, que solo era superada por mi gusto por las chicas, les remito el sistemita. Mi cuarto error.

Y un día, un mal día, me llaman, que quieren tener una entrevista conmigo, y yo que tenia una nueva corbata, que me había regalado mi antigua “churri”. ¿O era al revés? ¿La corbata era antigua, y la chica nueva? No recuerdo. Voy, y acudo a la entrevista, otro error, el quinto.

En la entrevista me dicen lo mucho que les ha gustado la idea, que les querían desarrollarla y aplicarla a Dios sabe que sistemas sociológicos, y que el mas adecuado para hacerlo seria yo, Que me pagarían 250.000 pelas, despacho, y secretaria de falda altera.
Yo finjo indignación de científico integro, y digo que no, ¡Mentira! Dije que me lo pensaría, pero que el dinero no me importaba. Y este fue el sexto

La chica con la que estaba en esos días, que era muy gastadora, y preparaba oposiciones a judicatura, monto en cólera, me dijo que si yo tenia vocación altruista que fuera a que me arreglara el cuerpo la Madre Teresa de Calcuta, que ella no.

Con lo que me resigne y llame aceptando el puesto, el séptimo de los errores, naturalmente como dije que el dinero no me importaba, no fueron 250.000 sino 200.000, y la secretaria llevaría pantalones.

Así, desarrollando la “cosa”, pase los seis meses del contrato y cuando creí que ya me libraría, y además la chica de las oposiciones ya no me arreglaba nada, salvo el animo, cuando me llamaba para contarme sus cuitas con el nuevo novio/victima. De hecho en la actualidad lo sigue haciendo, pero respecto a su segundo marido, ya saben, señoras y señores, mi fatal manía de quedar como buen amigo de mis “ex”, ¡”Caguen” en la leche que me han dado!

Pues como les decía, vencía el contrato, y me llaman, y me dicen que están muy contentos conmigo, el sistema no valía una mierda, pero yo era estupendisimo de la muerte y mas contando que mi mama era jefe en aquellos andurriales, que si quería quedarme tenían un puesto para mi desarrollando un sistema de reconocimiento de imágenes para un ministerio de mucha disciplina, a la par de formarme en unos nuevos ordenadores.

Y yo que durante esos seis meses, había cometido los errores octavo (me compre un coche chachi a crédito supermegacachi también) y noveno (el apartamento molon del acantilado en donde Aníbal perdió el peluco y yo gane mi primera hipoteca). Acepte

Y ahora se preguntaran ¿Cuál fue mi décimo error? Pues muy fácil, contarles todo esto.

Lo único acertado fue la tesis, que resulto utilísima. Utilísima para sujetar las puertas cuando hay corriente.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Llego a casa....

Cuento llego a su casa, en la medianoche, todo le sorprendió, no encendió la luz, espero a que sus ojos se acostumbraran la luz que subía de las farolas de la calle.

Lo primero que le sorprendió fue el olor, o mejor dicho la ausencia de este, Tampoco estaban en la mesa frente al sofá, los botes de cerveza y el plato con huesos de las alitas de pollo que comió la noche anterior... Ni había ropa en este, ni siquiera los calcetines debajo de la mesa

Pensó, que lo mismo los recogió, trabajaba mucho, o hacia que trabajaba, y el stress le empezaba a afectar. No recordaba haberlo recogido.

Fue a la cocina, y abrió con cuidado para que la puerta no tropezara con el portillo del microondas que siempre dejaba abierto. Esperaba encontrar los huesos, acompañados de los platos de semanales cenas anteriores, los envoltorios de canelones ultra congelados y la basura ahíta de botes de cerveza. En su lugar todo estaba recogido y envuelto en otro nuevo olor, olor a limpio. A limpio y a mujer.

No había salido de su sorpresa cuando dio un respingo, oyó una voz de mujer desde la habitación Una voz que desde un fondo de cansancio le decía de forma sugerente

- Ven ya, te espero -

¿Que prodigio era ese? Pensó, y aflojándose el nudo de la corbata se dirigió ala habitación, sin prisas, sin hacer ruido, temiendo hacerlo, y despertase de lo que seguro era un sueño.

Ya apunto de abrir la puerta de la habitaron un ruido le sorprendió, la cisterna del water, se giro rápidamente y vio que desde la puerta del baño le miraba un hombre en calzoncillos con la boca abierta y los ojos aun mas abiertos.

- Perdón – dijo – me he equivocado de piso

Y a toda velocidad se dirigió a la puerta, al rellano, al tercero, a los huesos de pollo

martes, 14 de septiembre de 2010

La Sala

Le costo acostumbrarse a la luz, a la poca luz de la televisión, y sobre todo al silencio.

A pesar de conocer perfectamente la sala, la repaso con la mirada, como si fuera la primera vez que estaba allí, o la ultima.

Vio el orejero, de cretonas raídas, la mesa camilla con un paño de encaje sobre ella, único recuerdo que le quedaba de su niñez, el cenicero recuerdo de Lanjaron y quien sabe que mas, que nunca le dejo usar. Sobre un piano sordo, un menorah demasiado pequeño rodeado de fotos, de sus perros muertos, de sus nietos vivos, de sus fantasmas en blanco y negro. A el nunca le gusto la foto del niño repelente de jersey, era la favorita de ella, y siempre se lo recordaba, tal vez por fastidiarle

En la pared estaba el cuadro, un gran retrato al óleo de una mujer pelirroja, muy bella, con tan solo un tul sobre su cuerpo. Enseguida desvió la vista, como hacia siempre, por miedo a que le pillara mirando, y le dijera lo mismo de siempre

- ¿A que era guapa de joven? -

Y el se sentía fatal, voyeur, incestuoso y sucio.

Se giro, y al hacerlo tropezó con el escabel que había frente orejero, rompiendo el silencio. Espero la retahíla de insultos que seguro ella le hubiera proferido, con voz dura, y mirada cariñosa.

En la pared contraria al piano, pegados, ya con celo, ya con chinchetas, un montón de recortes y fotos. Una foto del papa polaco, otra del muro de las lamentaciones, la estrella de David entre sus dos franjas celestes, la postal de los leones que le envió el, desde Kenia, un cartel de la opera Aída, los retratos de Adamo y Cary Grant, flanqueando a una Greta Garbo con las manos en la cabeza, y sobre ellos la Virgen de la Almudena casi de la mano de Golda Meir en actitud pensativa.

Un collage incomprensible… o no. Si ponemos nuestras vidas en recortes, tal vez serian igual de incomprensibles.

Ya no pudo mas, se volvió a girar, apago la televisión, cogio la foto del niño repelente que era el, y salio.

A mitad del pasillo, se detuvo, dio la vuelta, volvió a entrar en la sala, dejo la foto en su sitio, y encendió la televisión

Aun no estaba dispuesto a admitir que su abuela había muerto

domingo, 12 de septiembre de 2010

Otro viaje estupendo

Delta del Okavango, Bostwana

Llegas a un poblado, cuatro cabañas de palos y barro, rodeando a otra cabaña un poco mas grande, de palos y barro, cabras, muchas cabras, algún niño, y las omnipresentes moscas.

Y todos los compañeros de viaje, ellas sobre todo, entusiasmados dicen que paremos a echar un vistazo. Uno, que no obstante tiene alguna experiencia en África, ruega encarecidamente que no se pare, que “¿pa que?” que de allí no podría salir nada bueno, que con mucha suerte solo te picarían dos chinches, que te pique una sola seria una chiripa harto improbable.

Pero no me hacen caso, y allí, en el centro del poblado se planta un grupo de europeos con sus ridículas cámaras colgando.

Y la gente del poblado sale a recibirnos. Hay que reconocerlo, son encantadores, lo digo en serio, siempre sonrientes, y encantadores. Y uno que ya tiene alguna experiencia en África sabe que allí no va a pasar nada bueno.

Y nos rodean, y nos agasajan, todo es simpatía, todo el mundo sonríe, salvo las cabras.

Y uno que ya tiene alguna experiencia en África sabe que no va ocurrir nada bueno

Nos invitan a pasar a las cabañas, y uno que ya tiene alguna experiencia en África sabe que no te puedes negar, seria un desplante, muy feo.

Yo me niego con todas mis fuerzas pero una mujer me arrastra firmemente hacia una cabaña. Me resisto, pero todo es inútil

Cuando ya estoy dentro y mis ojos se acostumbran a la oscuridad, distingo los objetos que me rodean

Algunas esterillas raídas para sentase, calabazas, un montón de palos para el hogar, y un puchero humeante, y el omnipresente olor a boñiga quemada.
La mujer me invita a sentarme al lado de una figura humana que sentada ya estaba. Cuando lo hago, distingo la figura, es el abuelito, allí sentadito, mas seco que un arenque ahumado, e igual de muerto. Ya sabia yo que la cosa no iba a ser agradable.

Pero claro, la cosa no puede quedar ahí, la señora coje un calabaza pequeña, un cazo, y te sirve del puchero un buen chorreton de lo que parecía un té, hecho de quien sabe que hierbajos.

“De perdidos al río”, te lo tomas

Ya fuera del poblado cuando ya has continuado ruta, descubres lo que era el brebaje.

¡Era una poción mágica! Con el increíble poder de hacerte recordar a las simpáticas gentes del poblado… cada media hora, en cuclillas entre los matojos.

Y el único consuelo que te queda es poder gritar, entre retortijón y retortijón, a los que se agachan en los matojos vecinos:

- ¡Os lo dije, de allí no sacaríamos nada bueno! -

jueves, 9 de septiembre de 2010

Viajes maravillosos, destinos idilicos

Vista una playa tropical, vistas todas, arena blanca, mar turquesa, y cocoteros. Da igual que sea Océano Indico, Caribe, o Pacifico Sur, todas iguales.

Llegas al bungalow, ¡que bonito! Con vistas al mar, ¡que bello!, magnifico suelo de teca, ¡que chulo!, te descalzas y te clavas una astilla, que te va a tener fastidiado el pie hasta que te marchas. Eso si, los días siguientes, del bungalow a la sombra del cocotero, y del cocotero al bungalow, ¡que descanso! ¡Que aburrimiento!

Langosta para desayunar, langosta para comer, langosta con mango, para cenar. Y tu sueñas con un bocata de gallinejas.

Pero eso no es lo peor, Lo peor es la maldición del coco

Suele ocurrir el segundo o tercer día de estancia, tu compañera de viaje te dice:

-Me gustaría comer un poco de coco –

Y como esta el suelo lleno de cocos caídos, tu en plan machote te ofreces a abrirle uno. Primero pruebas con la llave del bungalow con magnifico suelo de teca que te clava astillas, no hay manera. Vas a buscar el cuchillito de la mantequilla del desayuno, te lo terminas clavando en una mano. Desesperado golpeas el dichoso coco con una piedra, te machacas un dedo.

Ya con ira bíblica, lanzas el coco con todas tus ganas contra unas rocas, con la mala leche que rebota y te da en toda la cara.

Ya por fin llegas a la hamaca de tu compañera, mas orgulloso que Colon volviendo de América, con un trocito penoso de coco, lleno de arena

Y en ese momento

En ese preciso momento

Aparece un negrazo cachas, sonriendo como solo lo saben hacer los negrazos cachas, da un golpecito a un coco, zas, lo abre, y se lo da a la chica, que también sonríe. Sonríe como solo se sonríe a un negrazo cachas.

Y tu te vas debajo de una palmera a comerte tu trocito de coco lleno de arena, la arena es lo mas rico, mientras observas la alegre conversación del cachas con tu chica, mientras degustan el “su” coco. Eso si, tú no sonríes nada.

Y sueñas, sueñas con las fiestas de tu pueblo, el choricito frito, el baile. El baile, que con un poco suerte arrimas “material” a una moza, que como mucho te pide un cubata, que te lo sirve el Paco, que nunca sonríe

………

Finlandia, marzo, por encima del Circulo Polar Ártico, 25 grados bajo cero, y tú intentas dormir en tu saco mientras un simpático perrito del trineo te da un concierto de aullidos, y pulgas.

Y cuando por fin el perrito ha dejado de aullar, y duermes, tu compañera de ese viaje, te da un empujón y te dice

-¡Despierta! ¡Despierta! Ha salido la aurora, vamos a verlo

Y comienza la pelea para ponerte el mono polar, que será muy calentito, pero que no hay puñetera manera de meterse dentro de el en una tienda de campaña.

Y cuando sales, la aurora, que en este caso es tan solo una rayita levemente luminosa en el cielo. Pues vale

Y vuelves a la tienda, y cuando ya estas en el saco, el perrito, decide aullar otro ratin, mas que nada por dar un toque de aventura y joderte el sueño

Y tu allí en tu saco, sin dormir, soñando con una tortilla de patatas, que estas de comer salmón hasta la coronilla.

Eso si, vigilando muy atentamente los movimientos de tu compañera en el saco de al lado, que dice la leyenda que si lo haces debajo de la aurora se queda preñada seguro

Al primer movimiento sospechoso te vas fuera con el perrito.

………

¡Vamos a las fuentes del Orinoco, y rio Negro!

Primer día: empiezas el viaje, sentado en la canoa, el rio discurre frente a ti oscuro, misterioso, en sus márgenes, la selva te envuelve con un manto verde, solo verde, y salvaje

Segundo día: sentado en la canoa, el rio discurre frente a ti oscuro, misterioso, en sus márgenes, la selva te envuelve con un manto verde, solo verde, y salvaje.

Sexto día: sentado en la canoa, el rio discurre frente a ti oscuro, misterioso, en sus márgenes, la selva te envuelve con un manto verde, solo verde, y salvaje.

Eso si ya tienes el culo en carne viva y ni un calzoncillo seco

………


Desierto de Arabia, a toda velocidad en un todo terreno, en la nada, solo piedras y arena, la nada.

Y de repente en esa nada, un árbol raquítico, un arbusto descarriado.

- ¡Pásalo por la derecha! – grita el que esta sentado a tu lado
- ¡Noo! Por la izquierda – dicen las ocupantes del asiento trasero

Y cuando te decides, lo has pasado por el centro, y el arbusto, el único, milenario, que ha resistido cientos de tormentas de arena, y sequías de siglos, yace debajo del Toyota, destrozado, solo astillas.

Y tu compañera de ese viaje, te mira con odio y te dice:

- ¡Animal! Lo has destrozado, es que no hay desierto, que tienes que pasar por encima -

Y después de tres horas de gato y pala, sigues el viaje, del cual llevas ya varios días. Nadie te habla y tienes el culo en carne viva de dar botes por el desierto, eso si los calzoncillos los tienes muy secos, pero muy secos.

¡Con lo bien que se va por la M30!

miércoles, 25 de agosto de 2010

El semaforo

La primera vez que reparo en él, estaba en el primer semáforo de la calle Goya. Ella estaba en pleno tramite de composición del ojo derecho, el izquierdo no lo haría hasta dos o tres semáforos mas allá.

Faltarían dos o tres segundos cuando reparo en el hombre que a su derecha le miraba sonriendo.

- ¿Qué puñetas mirara ese? – se pregunto, en el momento que se ponía verde el semáforo. Arranco, y siguió camino, destino al siguiente semáforo, al siguiente ojo.

Al día siguiente, a la misma hora, en el mismo semáforo, en el mismo ojo, volvió a mirar a su derecha, y otra vez, otra vez el mismo sonriente de ayer.

– Le hará gracia verme maquillar –

Y al tercer día, la misma escena, en el mismo semáforo., el mismo hombre, la misma sonrisa. Esta vez le devolvió la sonrisa. Una sonrisa que quería decir “gracias majo” pero en sus adentros empezaba a sentir preocupación.

El resto del camino lo hizo pendiente del retrovisor, por si le seguía, Con lo cual llego a la oficina con un ojo pintado, y el otro no y la idea de mañana coger otro camino para ir a trabajar.

Y así hizo al día siguiente, en vez de tomar por la calle Goya, siguió recto por O’Donnell, Había mas semáforos, se tardaba mas, pero al menos podría repararse tranquila, a salvo de sonrisas.

Cuando estaba ya delicada operación con el ojo izquierdo, lo cual le hacia incorporarse un poco ara poder verse en el retrovisor, Le volvió a ver, esta vez en sentido contrario, pero con la misma mirada y la misma sonrisa mas amplia si cabe.

- Este tio me sigue, este tio me sigue – se fue repitiendo hasta llegar al trabajo, y ya no pudo pensar en otra cosa en todo el día.

La siguiente mañana, que ya era de viernes, se levanto antes mucho antes, y se maquillo en casa, pero no le preparo el desayuno a su hija, que aunque tenia 21 años, novio, y estaba en la universidad, a ella le hacia sentir bien prepararle el desayuno, Así iría a clase con algo e el estomago.

Ya en la calle, circulo pendiente de retrovisor, en todos los semáforos miraba por si estaba el tipo ese, pero nada, no apareció.

- Bueno – pensó – tal vez haya sido todo coincidencia, me estoy volviendo neurótica -

Pero en el fondo, y eso le hacia sentirse mas tonta, estaba decepcionada.

Pasó el fin de semana y comenzó el lunes. Con las mismas rutinas de siempre.

Pero al llegar al semáforo, al mismo semáforo, allí estaba otra vez el. Se miraron, sonrieron, un leve movimiento de cabeza de ambos a modo de saludo y no dio tiempo a mas, verde.
Y se repitió lo mismo, el martes, el miércoles, el jueves. El viernes ya no

Ese fin de semana había quedado con sus amigas, y les relato la historia.

- Denúncialo, eso que hace es acoso – dijo Concha siempre pensando mal de cualquier cosa que tuviera pito entre las piernas, y en el fondo a quien odiaba de verdad era a su marido, lo cual compensaba su inmenso cariño por la tarjeta de crédito que este le proporcionaba.

- Será casualidad, no te preocupes – dijo Ana, siempre dispuesta a estropearle cualquier ilusión que ella tuviera, desde niñas.

- Yo lo que haría es apuntar bien grande en un folio tu teléfono y el próximo día se lo muestras, y que te llame – dijo Marian, que desde que se divorcio, se dedicaba a fomentar fama de “comehombres” aunque lo único que se comía eran tabletas y tabletas de chocolate, así se le estaba poniendo el culo.

- No, eso no – respondió ella – Y si es un violador, o un asesino, o ladrón, o peor aun… es casado –

Y a la semana siguiente, la misma rutina, las mismas sonrisas

Lo mismo no, salía ya todos los días maquillada de casa, y aunque ella no se dio cuenta, pasaba mucho mas tiempo la noche anterior eligiendo la ropa del día siguiente.

Pero un día, nada mas parar en el semáforo, el se bajo, y se dirigió a su ventanilla. A ella le iba a dar un ataque de nervios, calo el coche.

- ¿Me estas siguiendo? – pregunto el, agachándose a su altura
- Nooo – respondió ella casi gritando por los nervios.

No dio tiempo a mas, ya había comenzado el concierto para claxon e insultos de los conductores que esperaban

Al día siguiente ella bajo la ventanilla, el hizo lo propio, y de coche a coche

- ¿Y tu a mi?
- Tampoco

Un día mas de coche a coche

- Me llamo Manuel -

Y al siguiente día

- Yo Rosa

No daba tiempo para mas

Después de muchos días, semáforos, bocinazos, cuatro multas, mas de dos meses, pudieron quedar a la salida de sus trabajos en una cafetería.

sábado, 21 de agosto de 2010

Me llamo Maria,,,

Me llamo Maria, pero todo el mundo me llama Mari, y soy de Cádiz

Las cicatrices que veis en mi rostro, la oreja que me falta, la cojera que acuso al andar, aunque gracias a Dios cada día se nota menos, no fueron a causa de una paliza de mi “mario” que es un bendito, muy “aburrio” pero un bendito, ni por un accidente de automóvil, ni siquiera una pelea en el puesto de bragas, todas a un euro, del “mercaillo”

Todo comenzó una noche, llevaría ya un buen rato en la cama cuando sonó el teléfono, y aunque no dormía, acalorada por la “traca” de plancha que me había “pegao” mientras veía el “sesei” en la tele.
Lo deje sonar un momento por si “er pisha aburrio” que roncaba a mi lado, tenia a bien cojerlo, pero naa, siguió roncando.

Así que lo coji yo…

- Buenas noches, le llamamos de la funeraria – al oír es esto a mi me subieron los sudores y hasta creí que me había “bajao” el mes, del retortijón que me dio

- Le llamamos en relación al entierro de su familiar Don Manuel “nosecuantos” –

Ahí yo ya respire, ¿Quién puñetas era ese “Manue”? yo no lo conocía de “naa”

- Para comunicarles que debido a un error no tendrá lugar a las 4 de la tarde como estaba previsto, sino a las 9 de mañana, en la calle 25. Disculpen las molestias – Y colgó el tio cenizo

Yo volví a la cama aliviada, que susto me había llevado, pero el alivio me duro poco…

Y me puse a pensar:

- Hay que ver, por “curpa” del malahe ese del teléfono, ese hombre, el tal “Manue” se va a ir a otro mundo, sin nadie que le acompañe -

- ¿A ver como localizo yo a esa familia? -

Me levante y fui a mirar en la guía si encontraba al difunto, y “naa” no aparecía

Así que me volví a cama, diciéndome que no podía hacer nada.

Pero no podía dormir. A las 5, que mire el “relo”, me levante

- Aunque su familia no fuera a despedirle, ese hombre no se iba a ir solo, ¡vamos! como que me llamo Maria -
Y abrí el armario buscando el vestido negro de los entierros. Me lo probé, bueno, me lo intente probar, pero no me entraba, hacia tanto que no lo usaba, El otro “vestio” negro que tenia, pues era con mucho escote, pero total, no me iba a ver nadie.

Así que a las 7 me duche, me enfunde el dichoso vestido, y recuerdo que pensé:

- Oño Mari, pero quien bien luces el escote –

Y me fui camino del cementerio…

Al llegar al cementerio, ya puesta, le compre unas flores al “Manue” ese. Que por cierto, carísimas. Me dije: que al día siguiente lentejas viudas. Con lo que me habían costado las flores, viudas, huérfanas, y “divorcias” ¡vamos! lentejas, agua, sal, y si el “aburrio” me alegra el cuerpo a la noche, lo mismo le pongo laurel.

Al llegar al donde había dicho el tio del teléfono, aquello estaba “abarrotao”. De alguna manera se habían enterado, pero ya que estaba allí y tenía las flores, decidí quedarme.

Note que todo el mundo me miraba, me miraban mucho, pensé que era por causa del escote, así que intente taparme con las dichosas flores, pero lo deje, parecía que tenía un florero en el canalillo.

Por fin metieron al “Manue” en el nicho, y me sentí obligada antes de irme de dar el pésame a quien me parecía que era la viuda.

No había terminado de decir lo de “Le acompaño en el sentimiento” cuando la viuda se abalanzo sobre mi llamándome puta, y me clavo las unas uñas rojas como garfios en la cara.

Y esto fue como una señal, “toa” la parentela femenina, y alguna masculina se liaron a darme golpes, “patas” y de “too”.

Y yo tonta que soy, solo protegía las flores, que me habían costado un huevo, y las tetas, que me lucen muy bien

Ya dentro de la ambulancia pensaba…

- Pos mira que me he puesto las bragas viejas, y que van pensar de mi los médicos der hospita -

Me llamo Maria, pero todo el mundo me llama Mari, soy de Cádiz y tonta perdia

sábado, 10 de julio de 2010

Caminaba

Caminaba, andaba, paseaba, que mas da, el caso que lo hacia a disgusto, y sin destino. Nunca le importo andar a pesar de su torpeza física, ahora mas acentuada por el sobrepeso y la edad, Sudaba, no mucho, pero le recordaba que no se había afeitado hace tres días. ¿Para que?
La camisa que tan holgada compro en el decatlón, ahora ya le apretaba un poco, había cojido mas peso o quizás no solo tenia hinchadas las piernas, razón por la que caminaba sin rumbo. Quizás estaba hinchado todo el.
Todo el mundo que le conoció o le conocía siempre pensaron que estuvo dotado para hacer deporte, incluso el lo creyó, y aun mantenía en su ego esa mentira, a pesar de su actual obesidad. Nunca fue un atleta, solo una persona torpe con cuerpo de atleta.
Seguía buscando un destino para seguir caminado, cuando le llamaron.
Era David, el “ex” de una amiga suya de la infancia, mediana altura, mediana melena de sufista años 80 que era. Polo falso de “la Martina” pantalón de pinzas claro, y carpeta de corredor de seguros que tamben era.
David era el típico tipo que siempre tenia buen aspecto, y suerte, no mucha, pero la suficiente para poder engañar a todos, en cuanto cojia algo de dinero lo gastaba, se cuentan por innumerables los engaños que hizo a su “ex” aunque no tantos como trampas y deudas le dejo. Incluso se insinuaba, que se lo “hizo” en alguna ocasión con la madre de ella

- Coño Ramón, cuanto tiempo – le interpelo David con su mejor sonrisa de vendedor - ¿Cómo estas? -

Sin dejarle responder le volvió a preguntar

- ¿Y que tal Candela? ¿Los niños?-

- Bien, todos bien – respondió Ramón de forma mecánica, pensando a toda prisa una escapatoria.

- ¿Seguís compartiendo el ático? – Volvió a preguntar David, al cual Ramón el único acto de merito que le reconocía era haberse tirado a su mujer, Candela, en una ocasión. ¿Qué como lo sabia? Pues cosas de su antigua profesión que le hacían saber casi todo, de casi todo el mundo.

Y otra vez sin dejarle responder, cojiéndole del brazo, cosa que le molesto, le dijo:

- Vamos a tomar algo fresco -

Ramón seguía buscando una excusa, una mentira, que le ayudara a escapar, pero por deformación exprofesional, sabia que una mentira nunca se improvisa, aun recordaba las primeras clases que recibió, “nunca improvisar, si se tiene que mentir que sea de forma ensayada” Con el tiempo se convirtió en una técnica en un oficio, Recordaba las palabras de Maria José, una chica con la que salía, una vez que le oyó mentir a otra persona por teléfono, “¡das miedo!”. Mentir no es actuar, por eso los actores mienten tan mal, Mentir es a hacer real, en el otro, lo irreal, Cuando se actúa, cuando un actor actúa todo el mundo sabe que es mentira.

Eso no era innato en Ramón, era fruto de años, de cursos de aprendizaje, de intentar saber cuando alguien el mentía, años de analizar la realidad, como si esta no fuera real.
- Pues la verdad es que estaba andando a ver si me baja la hinchazón de las piernas – respondió Ramón a la invitación de David.

- Además me he bajado sin dinero – añadió, a ver si por ese camino se libraba

- ¡Uy si! las tienes hinchadas ¿y eso? -

- El calor – respondió de forma lacónica Ramón

-Hale vamos a tomar algo fresco - dijo David arrastrando a Ramón al interior de la cafetería

Y allí dentro comenzó David a hablar de forma continua, escuchándose a si mismo, que si tenia tal proyecto, que si tal otro, que había visto a Fulanita, a lo que Ramón solo contestaba monosílabos, desde la mas absoluta desconexión su mente.

Y así hasta que le oyó decir “Vaya putada lo de Paula, a mi tampoco me avisaron”

Y Ramón decidió que era el momento de irse, le dijo que se le hacia tarde, le dio las gracias por la coca cola, Y se fue.

Pero ya el mal estaba hecho, ahora ya tenia destino para caminar, iría a ver a Paula, a decirle que fue un miserable y un cobarde, que estuvo con ella cuando no le necesito y le dejo sola cuando si le podía necesitar, o tal vez no.

¿Pero para que iba a ir? Estaba muerta

Y además la Almudena quedaba lejos.

martes, 27 de abril de 2010

Que mas da....

Cada día entiendo menos la obsesión por la mentira, o por su contrario, la verdad

Todo el mundo miente, o mintió, o mentirá

Podría ahora escribir largo sobre los tipos de mentiras, embustes, omisiones, y evasivas, alguna vez lo hice, si, pero no es el asunto.
Existen tantas razones para hacerlo, tantas, Incluso algunas buenas y necesarias. Razones tan diversas como lo es nuestro mundo, las personas, las circunstancias, sus razones, sus vidas. Y no solo las personas mienten, miente la serpiente que imita a otra venenosa, y mas ejemplos que no merecen la pena.

A mi no me importa que me mientan, si lo hacen y no lo se, es verdad, pura, diáfana. No me preocupa.

Si me mienten y lo se, o lo percibo, me preocupa aun menos, es mas, hasta me gusta. Esa mentira, todas las mentiras, muestran una verdad, una verdad incontestable, que permanecía oculta de no ser por ellas. Verdades que me hablan sobre las motivaciones, los miedos, los tabú, los deseos, los sueños

Claro, que si uno cree una mentira, o mejor dicho una verdad que resulta luego ser mentira. Pues también me da igual, mientras lo creí, verdad era, y cuando lo dejo de ser, también, pues que era la verdad que yo creí.

¿Yo? Pues claro, alguna vez miento, pocas, muy pocas, puesto que como mas miento es diciendo la verdad, pura y seca, así oculto mi verdadero ser, La verdad me protege. Oculta mis deseos, mis sentimientos, mis intenciones.

¿Y si todo fuera mentira? ¿Y si la realidad como la percibimos solo sea un producto de nuestras mentes?, ¿Y si la mera observación de ésa realidad por el mero hecho observarla quedara distorsionada, modificada, falseada?

O no fuéramos capaces de ver toda la realidad, y hubiera mas cosas que no vemos.

¡Ojo!, no hablo de nada “paranormal” o “divino”, no creo en eso,

Eso si que es mentira, “lo divino” o mejor dicho, es la mentira con la que damos verisimilitud, a la realidad que no entendemos, o no vemos. O también, con la que ocultamos miedos, ansias, y demás…

Que tenemos miedos, ansias, incertidumbres, si es verdad

Para millones de personas, para toda la humanidad, durante siglos la tierra era plana, ¿era mentira? Si, pero para ellos era una verdad incontestable, porque no tenían como… no podían ver la realidad. Y por lo tanto era verdad.

Ahora sabemos que es redonda.

¿Seguro?

Tal vez no

Tal vez sea solo que vemos, como era solo lo que veían cuando era plana.

Que mas da. No podemos ver otra cosa…

Que mas da… la Verdad, o la Mentira.

martes, 20 de abril de 2010

Pues era de mañana

Y me estaba afeitando, con mi camisa azul de cuadros y mis tirantes con la bandera nacional, si nacional, ¿Qué pasa? Y además de gustarme son los mas cómodos por lo ancho

Suena el timbre, y lo primero que pienso es que es la chica que limpia que siempre llama antes de entrar, ni idea porque lo hace, y digo:

Pasa oñoooo que estoy en el baño

Y nada

Vuelve a sonar el timbre

- Esta se ha dejado las llaves otra vez - pensé

Así que abro, con mi cara llena de espuma, mi camisa, mis tirantes y diciendo un sonoro ¡¡¡Joder!!!

Y allí esta, dando un respingo del susto la vecina del 3º

Y dice con voz trémula:

- Esta goteando agua de la terrazaaaa -

Y respondo

- Vale, ya cierro el riego -

Y cerré dando un portazo

El poco buen nombre que me quedaba en la comunidad quedo fuera, perdido para siempre

Al menos llevaba pantalones.

martes, 6 de abril de 2010

El club

La puerta estaba iluminada por un fluorescente que en su juventud sirvió en los jesuitas de Pequeñaciudaddelinteriornorte, al que daba color un papel celofán rojo, moteado por un holocausto de bichos muertos. Tras la puerta con barrotes de aluminio simulando forja, un pesado cortinón de terciopelo incierto, y tras el, la no luz de unas pocas bombillas, solo blanqueadas por aquel tubo de luz fría que trajo de Andorra, el Pedro, cuando no le quedo mas remedio que acompañar a la parienta a Lourdes, subido en un autobús, mientras solo pensaba si las parideras tendrían suficiente agua para esos días, cualquiera se fiaba del berzotas del hijo de la Araceli, en el fondo le salio bueno ese chico de los cinco que tuvo, antes de que el Gregorio la espichara volviendo de Pequeñaciudad… con la bolsa llena de gorras verdes que le regalo el baboso director de la caja rural, cuando le fue a llevar los papeles de la PAC, una de las cuales, las gorras, como trofeo resguardaba la botella de soberano que tanto le gustaba, y que allí puso Paco “El Sonriente” que la primera vez que entre, fue quien me hizo los honores, diciéndole quien era yo, a la Sofía que gobernaba la barra desde lo alto de su inmenso escote, siempre con cara de “se mira, pero no se toca” y lo verdaderamente digno de admirar, era como aquel sujetador, podía evitar una caída, que sin duda arrastraría al mostrador de aceitoso barniz, donde se apoyaba el Jesús con la mirada tan perdida como el arriscado lugar donde tenia su casa, la única que quedaba en pie de las cuatro que tuvo el pueblo, cinco, si contamos la ermita románica de la cual solo quedaba ábside y que el Jesús vendió las piedras para adornar los dinteles de los chales que hacia Mariano en los prados cerca de la estación de esquí. El Mariano se hizo rico con eso, pero nadie el envidiaba por ello, sino porque con los duros que le dieron por la borda de al lado del río, se fue a Mallorca con una famosa de las revistas, muy guapa, pero lo que mas les fascinaba a todos, y una vez, y otra, obligaban al Mariano a describir, era como tenia el coño, pelado, con un bigotito encima, como el de aquel alemán que gritaba tanto, mas de una de las chicas del local se lo arreglo así, pero dio igual, era mejor oírselo contar al Mariano, que verlo, con el considerable disgusto de las damas, que las pasaron canutas con los picores, cuando los cañones de los pelos guillotinados a golpe de Gillette empezaron a asomar. El único que no hacía mucho caso al tema, a ese, ni a ninguno, ni siquiera participaba en los preparativos del viaje anual a Cuba, que siempre hacían bajo la experta guía del Mariano, era el Jesús, se decía que andaba así de hosco desde que su ilusión, su único hijo, se lo llevo una cruel enfermedad, cuando le empezaba despuntar la barba, al pobre mozo, dejándole a el, y a su mujer, la Adela, en un silencio antiguo.

Paco “El Sonriente” siempre me presentaba igual, “Este es el chaval (¿chaval? Era mayor que alguno de ellos) que se caso con la señora hija de Don Miguel, y que ha venido de Madrid a poner borregas automáticas en una de sus fincas, la de la fuente” Lo de la fuente era lo mas grave, todo el mundo tenia agua, pero siempre les parecía poca, y la llegada de un forastero, por mucho yerno de Don Miguel que fuera, les producía mucha resquemor. Por eso iba yo allí, la compañía de las señoras putas, según se decía iguala a los hombres, aunque no se sirviera uno, en realidad casi nadie se servia de ellas, para eso estaba Cuba, allí se iba a romper el silencio de los paramos, a contar a una mujer siempre sonriente lo bajo que era el precio de los corderos ese año.

Yo por mi parte me dedicaba a tratar de adivinar que contenían las botellas prehistóricas que tras la barra sobre un fondo de espejo picado lucían como objetos del museo arqueológico, siendo la mas espectacular aquella de anís castellana con estalagmitas de anís reseco envolviéndole el cuello, junto a la foto de un boxeador con firma de catedrático de metafísica, ¿Qué vas a tomar? Me pregunto la Sofía la primera vez que fui, “Un vodka con limón” “lo siento cariño no tengo, si quieres te lo pongo con cazalla” “No, entonces un ron con limón” “!Uy si! de eso si tenemos, y bien bueno, lo traen estos de Cuba” Marlena, la polaca, al oír vodka se acerco, era bajita, y me prometió traerme vodka para próximo día que viniera, y se sentó a escuchar lo que yo quisiera decir, que solo fueron preguntas, a las que solo respondió cuando le conté que yo conocía Polonia, y su cara se cruzo de ilusión, la misma que tenia Yaici la peruana que siempre conversaba con Paco “El Sonriente” que le recordaba a su exmujer, también sudamericana, que conoció en un sitio de bailoteo de Zaragoza y que hacia unos años le abandono, buena chica decían, a pesar de todo, no se llevo ni una manta, ni le pidió nada. Decían que no se fue por el Paco, a quien adoraba, como a un hado madrino, ni por trabajo duro, sino que no soporto el silencio, días y días con el solo sonido del viento en las acebedas, y las interjecciones de Paco a las ovejas o los perros, el mismo Paco que hablaba por los codos en el Club Gatitas en la carretera, a medio camino entre Pueblomenosgrande, y Pueblopequeño.

martes, 30 de marzo de 2010

Bicheando por aquí, he visto un video en el cual una perra adopto a dos cachorros de león. No le rindo las ganancias, pobre

Yo reconozco que a mi los leones me dan miedo, es mas, de las pocas pesadillas que recuerdo, entre las muchas que tengo, son con leones. Incluso verlos en un documental sestero, me crea desasosiego. Y tal vez, cuando me haya perdido aun mas el respeto a mi mismo, cuente una anécdota de leones.

Los leones son muy bonitos, impresionantes, pero aun siendo el único felino social, la violencia intraespecifica es brutal. Un león macho matara sin contemplaciones a cualquier cachorro que no sea hijo suyo, una leona si encuentra unos cachorros y si estos no son hijos, nietos, hermanos o primos de ella, los matara igualmente, ni que decir tiene si los cachorros son de guepardo, leopardo etc.. Y no para comérselos. Jamás adoptara a unos cachorros que no sean algo de ella, no como la simpática perrita del video. Las peleas entre leones machos son a muerte, y si no se produce esta es por uno de ellos sale pitando.

Tal vez los lobos y los perros lo hagan, pero los leones, no… al menos no en libertad

Y no estoy diciendo que los leones son malos, para nada. Los leones son leones, y no pueden ser otra cosa.

Son leones, como las serpientes son serpientes, los búhos, búhos, y los sapos no podemos ser príncipes por muchos lametones que nos den.

Cada ser tiene su naturaleza y no verlo es un grave error, que siempre nos perjudicara… a ambos, al ser, y al quien no quiera verlo como tal.

Podemos admirarlos, quererlos, cuidarlos, pero jamás olvidar lo que son, leones

A mi me lo explico hace muchos años un chaval de la sabana. en muy pocas palabras…

“Los leones muerden”

Somos lo que somos, nada mas.

viernes, 26 de marzo de 2010

The hangover

Iba tumbadito en el suelo de la parte trasera del Landrover, en algún lugar entre Piedrahita y Hoyos del Espino, durmiendo tan augustito, cuando el frenazo me lanzo hacia delante

- ¿Que pasa? – pregunte de muy malos modos
- ¡Ay Dios! ¡Ay Dios! – exclamaba de forma continua la chica que se sentaba al lado de la conductora
- ¡He atropellado algo! – respondió la conductora
- ¿De dos o cuatro patas? – volví a preguntar desde mi nube de estupor
- Un animal o algo así – respondió ella
- Pues nada, arranca y sigue – dije volviéndome a acurrucar el suelo
- ¿Pero no vas a bajar a ver que era? – dijo la conductora pasando del susto al enfado
- Pues no
- ¡Serás capullo!
- ¿Era grande o pequeño? –
- Grande –contesto ella
- Pues puede ser o una oveja, o un perro, lo cual me daría mucha pena, o un jabalí. que podría estar solo herido y paso de salir -
- ¡Que te bajes oooostia! – grito la conductora

Me baje

El aire era frió, muy frió, pero apenas me despejo algo. Permanecí un tiempo allí de pie tratando de acostumbrarme a la oscuridad solo rota por la luz roja de los faros traseros

Sentía la mirada de las dos chicas fija en mi, pero no me movía.

Solo reaccione algo al levantar la vista y ver la luz turquesa que se recortaba en las montañas, anunciando que amanecía.

Seguí parado mirando el horizonte, que cada vez era menos turquesa y mas naranja.

- ¿Ves algo? – oí que decían dentro del coche

Hice un gesto negativo, y con la mirada pasmada en el horizonte continue

La luz era cada vez mas intensa, ya no tenia frío, se empezaba a vislumbrar los perfiles de los matojos de borde de lo que en aquellos tiempos llamábamos carretera, y ahora ni llegaría a camino.

Cada vez había mas luz

Cada vez sentía menos frío

Y entonces ocurrió, entre dos montañas, apareció el rayo, rojo, penetrante, implacable,

Entro por mis ojos, recorrió mi cerebro, y entre un intenso dolor sentí como se me licuaba.

Con las manos en los ojos me volví a toda prisa al coche, con la cabeza partida de dolor

Pedazo de resaca tenía.
Siempre que termino de comer en un sitio de hamburguesas se me produce el mismo conflicto. ¿Recojo o no recojo la bandeja?

Si recojo la bandeja contribuyo a bajar costes del sitio donde estoy, lo cual redunda en que los precios sean mas bajos, pero fíate, lo mismo se lo embolsan. Por otro lado si no la recojo tendrán que contratar a alguien, con lo cual contribuyo a que ese alguien se gane un sueldo.

Pero me subirán la hamburguesa…

Pero si contratan a alguien que lo haga también me beneficio, vía cotizaciones sociales…

Pero el argumento definitivo es… me fastidia tener llevar la bandeja

Así que ahí se queda, me levanto y me voy

Cuando salgo a la calle me doy cuenta que tengo el ticket en el bolsillo ¿Qué hago? ¿Lo tiro al suelo o lo llevo a al papelera que como siempre esta a tomar por saco? (nunca hay una cerca cuando hace falta)

Si lo tiro al suelo el ayuntamiento tendrá que contratar mas gente para limpiar, pero me subirán entonces los impuestos. Lo llevo a la papelera, pero… de todas formas me van a subir los impuestos, mejor que se lo gasten en un puesto de trabajo, que en chorradas progre/festivas.

Pero veo de camino a la papelera va una chica de muy buen ver, lo llevo a la papelera

Entro en el auditorio nacional, repito, nacional, le doy la entrada al acomodador, que es funcionario publico, y me acompaña a mi butaca… ¿Le doy un euro de propina? Mejor no, dar un propina a un funcionario puede considerarse cohecho, y ese es un delito grave, pero por otro lado tendrá un sueldo misérrimo…

Decido que si tengo que dar un euro mejor se lo doy al chaval negro de la puerta del súper, que aparte de haber tenido los huevos de venir a nado hasta aquí, y siempre me sonríe

jueves, 25 de marzo de 2010

Sal en la piel

Siempre recordare el sabor de la mar pulverizada en mi piel.

Las aspas levantaban nubes de agua tras de nosotros, pero en ocasiones una de esas nubes se colaba el portón abierto, y nos mojaba, nos refrescaba. Y cambiaba nuestras caras, la emoción y el miedo se trocaban en sonrisas cómplices

- ¿Por que vuelan tan bajo?
- Es que no es un vuelo autorizado

Nadie hablaba, solo mirábamos una mar calida, sin olas. Hipnotizados por un sol asesino que empezaba a emerger de la mar, y que atravesaba de lado a lado la escandalosa maquina que nos soportaba.

Y a pesar preocupación por hacer algo no permitido nos sentíamos a gusto.

Íbamos de picnic, a una playa desierta, llevábamos, neveras con hielo, cervezas de nacionalidad indefinida, y graduación alcohólica mas improbable todavía, hamburguesas, salchichas, buey, un saco de carbón para el fuego, y hasta un chavalito del campo para que se ocupara del fuego, negro como carbón del saco, aunque en esos momentos, lo recuerdo albo, por el pánico que debía sentir, en lo que quizás era la primera vez que se separaba del suelo.

¡Que bien! Después de semanas en un sitio horrible, de las moscas, del calor, de la indeferencia, ¡Un día en la playa! Sol, mar, arena, palmeras, y tal vez, hasta las chicas que nos acompañaban se quitaran bañador.

Ni siquiera el horrible ruido de la turbina, que nos obligaba a una comunicación solo gestual me impedía disfrutar de la sal en la piel, de la libertad.

Luego ya en la playa todo fue mas vulgar, me abrase con el sol, el buey duro como piedra, las cervezas se calentaron, un compañero se corto de forma fea con un coral, y ni siquiera las chicas se quitaron el bañador. Ni siquiera a pesar de nuestros ruegos, serian funcionarias de Naciones Unidas, pero la inmoralidad que ello conlleva, no alcanza a desnudarse en playas desiertas.

Pero la sensación de esa mañana, camino de una playa africana, de la sal en mi piel, siempre será uno de los momentos mágicos y emocionantes de mi vida

miércoles, 24 de marzo de 2010

Ginemisterio Nº 1 "El pudor espacio-temporal

Posiblemente vaya a ser injusto y parcial, posiblemente estos misterios sean producto de mis experiencias y anécdotas, posiblemente ya me hayan contestado en muchas ocasiones, Posiblemente pueda parecer misógino, y aseguro que no lo soy, si algo me gusta en la vida son las chicas ¡Y no como objetos! Si a alguien he podido llamar en mi vida Amigo, ese alguien es una mujer, o mujeres. Posiblemente…

Y no tengo otra forma, o no se hacerlo de otra forma que, mediante relatos, anécdotas propias, o relatos imaginarios, y así lo haré

Tampoco aseguro que vaya a completar la serie, o escribir mas de uno, ya saben, mi natural pereza.


MISTERIO 1º El pudor espacio-temporal

Hace años, ya bastantes, yo tenia un apartamento en la costa murciana, una “pocholada” de sitio.

Estaba en una zona desierta de la costa, aun quedaban, y supongo que quedan, el núcleo habitado mas cercano estaba a ocho o nueve kilómetros

Era muy pequeño, mas que apartamento era cueva excavada en un acantilado sobre el mar, tenía una sola estancia, amplia, que era salón, habitación y cocina. También, claro esta, había un baño, completo, y minúsculo. Y eso si un enorme ventanal al frente que ocupaba toda la parte que daba al mar.

Después del ventanal había una gran terraza sobre el acantilado, con grandes jardineras repletas de portulacas de flores rojas y amarillas. Por un portillo entre las jardineras se salía a una escalera, que estrecha descendía hasta una plataforma junto al mar.

Lo dicho, un sitio estupendo, nunca debí venderlo.

En una ocasión, producto de mi inconsciencia, fuimos a pasar unos días, no muchos, tres amigas y yo. Amigas, solo amigas, sin ningún tipo de “derecho”, ni nada. Una temeridad por mi parte.

Por las mañanas bajábamos a la plataforma a tomar el sol y bañarnos. Y las tres chicas se tumbaban sobre las toallas, y como único aditamento, el bronceador. Yo no, yo mantenía mi bañador, que se trataba de tomar el sol, no de hacer reír.

A medio día subíamos a comer y después siesta enorme

Y tras la siesta, todas las tardes se producía el drama, objeto de este relato

- Rafa, ¡Anda! Sal a la terraza que nos tenemos que cambiar
- ¿Y no puedo quedarme mirando la tele?
- ¡Que te salgas, que tenemos que cambiarnos!

Y yo me pasaba una hora larga esperando en la terraza y tratando adivinar que era lo que no podía ver, que no hubiera visto ya esa misma mañana.

Y todas las tardes, antes de irnos a cenar y tomar unas copas al pueblo cercano, lo mismo



Muchos mas años antes, casi en el tiempo de los dinosaurios, teníamos un equipo de baloncesto en la universidad. Era el único equipo mixto de la liga universitaria, bueno, era único por muchas otras cosas, la caja de cervezas en el banquillo, y que ganábamos siempre o casi siempre.

El pabellón donde jugábamos solo tenía dos vestuarios, en los entrenamientos no había problema, uno para los chicos, y otro para las chicas.

Pero los días de partido, había que ceder uno de los vestuarios al equipo visitante. Pero tampoco suponía ningún problema, nos cambiamos y duchábamos juntos, y no pasaba nada, tan ricamente, Amistad y compañerismo, y sobretodo mirar mucho al suelo o al techo.

Y jamás, que yo oyera, se hizo ningún comentario, ni allí, ni fuera, por parte de los chicos, sobre la anatomía de las chicas. Era una regla no escrita, y respetada. ¡Que majos éramos!

Desconozco si las chicas eran tan discretas como nosotros.

Lo malo era cuando jugábamos “fuera”. Por la misteriosa razón que me ocupa, las chicas no nos permitían cambiarnos y ducharnos con ellas. Y por mas que rogáramos no hubo manera, y tampoco era cuestión de ponerse muy pesado, sobretodo porque alguna de ellas supera el 1,90 y con la adrenalina del partido podías sufrir un percance en forma de bofetón “cruzao”. Tampoco se obtuvieron nunca explicaciones al respecto, al menos coherentes.

Y allí nos veíamos los chicos esperando a que terminaran de ducharse, con el sudor frío, lo cual en el invierno madrileño, alcarreño, vallisoletano, o donde tocara, era experiencia cercana a la muerte. Eso si, los botellines nunca faltaron

….

Próximo episodio (si tengo ganas) ¿Que parte de la frase “no quiero compromisos” no entendiste?

miércoles, 17 de marzo de 2010

La laguna

Ya le había pasado alguna vez en el pasado, de forma esporádica, y no le dio importancia, solo seria una manifestación más del stress

Esa laguna mental, el tiempo vació, el no saber como había llegado hasta allí, no le dio mas importancia que un leve despiste, causado por al tensión del trabajo.

Si se preocupo algo mas, aquella mañana que le despertó el teléfono. Para el era una mañana de sábado. Y cuando reconoció la voz de su segundo al otro lado del hilo pensó: “este esta de coña, me esta gastando una broma”

- Hola, ¿estas bien? – había preguntado la voz por el teléfono
- Si, ¿pasa algo? – pregunto al principio extrañado y divertido
- No nada, pero como no has venido a trabajar
- ¿Es que había que ir hoy? – respondió mas extrañado todavía
- Claro, ¡no te jode! Como todos los lunes.
- ¡Anda ya! Cachondo – y colgó

Solo cuando puso la radio, se dio cuenta de su error, realmente era lunes

Se vistió a toda prisa y se largo al trabajo.

En el taxi de camino, cavilaba en lo ocurrido, pensó que había dormido todo el fin de semana, estaría cansado, dormía siempre tan poco.

Mas le costaría explícalo, así que no hizo mucho esfuerzo, “Me he dormido” dijo, y que interpretaran lo que quisieran

Solo volvió a pensar en ello de forma seria, cuando llego a casa esa tarde, ya estaba todo en orden, tal y como lo dejaba la señora que le limpiaba, pero cuando fue a la nevera a sacar algo de comer, faltaban cosas, en realidad estaba casi vacía, y eso que había comprado el viernes.

Pero tampoco le entretuvo mucho tiempo, el misterio

Un tiempo después, llego a casa de su madre una tarde

- Mama, no encuentro las llaves que me pediste
- Pero si me las trajiste ayer – respondió la madre extrañada.
- ¿Ayer? Pero si llevo buscándolas todo el día
.- Si ayer, ¿no te acuerdas?, vaya despiste que tienes, no te centras

No recordaba nada, y se asusto, ya no era una laguna de minutos, ni que hubiera dormido 48 horas, no recordaba nada de la visita del día anterior, ni de lo que había hablado con su madre, ni de nada, simplemente en su cabeza no existía.

Al menos el día cuadraba, era un miércoles, y el sabia que era un miércoles

Pero ya si estaba asustado, durante un tiempo, siempre al acostarse repasaba lo sucedido en el día, como un ejercicio de memoria, y al levantarse se tiraba como un poseso a comprobar la fecha.
Y durante ese tiempo se obsesiono un poco, pero como no volvió a ocurrir, lo achaco al stress de esos tiempos.

Y aparte de lagunas de pocos minutos, como no saber como había llegado a casa, o cualquier sitio. No tenía importancia para el. No afectaba a su vida

A veces también olvidaba conversaciones, pero nada importante, tampoco le hacia mucho caso al tema.

Se caso, tuvo un hijo, y todo siguió normal

Hasta que un día, parado en un semáforo, se dio cuenta de que no sabía donde estaba,
- ¡Joder! Me volví a despistar” – pensó

Así que miro a la esquina del edificio mas cercano a ver si reconocía la calle,

- ¡Ostras! Que escudo mas raro, pero si pone Oviedo

Y le entro pánico y estupor, del que solo salio cuando el conductor de atrás toco el claxon para que se moviera. Busco donde aparcar, y se paro.

¿Cómo había llegado allí?, ¿Y por que?, ¿Cuanto tiempo había pasado?

Y se dio cuenta también, que tampoco reconocia el coche, ese no era su coche, aunque era de su estilo.

Miro en la guantera...

- Pero si esta a mi nombre – el pánico ya era completo

Sonó un móvil en su bolsillo, lo saco y tampoco lo reconoció. !Pantalla en color!

Decidió no cojerlo, además el nombre de Susana, que aparecía en el visor tampoco le decía nada. Lo dejo sonar

Insistió, por dos veces mas, y la tercera lo cojio

- Diga – contesto muerto de miedo
- ¿Porque no cojes el teléfono?, ¿cuando vas a venir a casa? – respondió la tal Susana, la cual, su voz, no le sonaba
- ¿Perdón? – respondió
- ¿Que donde estas? – volvió a preguntar la voz irreconocible
- Disculpe, creo que se ha equivocado - respondió
- ¿Rafa? ¿Te pasa algo? – dijo ella

Nervioso como nunca lo estuvo, no era capaz de dar con al tecla de apagar ese móvil, y cuando lo hizo, lo desconecto

Se bajo de ese coche que no conocía, y se puso a andar por calles extrañas.

Comenzó a llover

Y seguía caminando, sin rumbo, totalmente aturdido, buscando respuestas en su mente.

Por un momento se le ilumino el cerebro,

- Claro joer, la cartera

Echo mano de la cartera y fue peor, El DNI si era el suyo, pero era lo único ¿esa tarjeta del BBVA a su nombre? Si el nunca tuvo nada en ese banco, ¿Y la fecha? Expedida en 2009, pero si estamos en 2004.

Decidió buscar una cabina, llamaría a su mujer, pero no se sabia el teléfono

- Mierda de móviles, ya no recuerdo ningún teléfono - maldicio

Así que llamo a único número que se acordó, a su madre

Y cuando le contesto, sintió alivio, era su madre, su mama

- Hola mama – dijo como un niño herido
- Hola hijo – respondió ella
- ¿Que tal todo?
- Bien, preparándolo todo para cuando vengáis
- ¿Ir a donde? – pregunto mientras le volvía el pánico
- Aquí, a Madrid, ¿donde va ser?
- Yo vivo en Madrid, - solo se le ocurrió contestar
- ¿Que? – Volvió a decir su madre - ¿te ocurre algo? ¿Has discutido con Susana?

Colgó

- Otra vez la dichosa Susana…

Se sentó aturdido, miraba a su alrededor, desde la altura del suelo, todo le parecía irreal estaría soñando, si era eso, un sueño, una pesadilla. Se tumbo en la brillante acera y cerro los ojos esperando despertarse.

Alguien le zarandeo un poco, y oyó:

- Oiga, ¿le pasa algo? ¿Necesita ayuda?

Abrió los ojos y vio un guardia inclinado sobre el

- ¿Ha bebido usted? – volvió a preguntar el guardia

Negó con la cabeza

- ¿Quiere que llamemos a alguien?

Volvió a negar y cerro los ojos otra vez, solo quería abrirlos cuando lo que viera fuera reconocible.

Y además se sentía mareado, muy mareado.

Cuando volvió abrir los ojos, solo vio dos fluorescentes sobre su cabeza, y sintió olor a hospital

Su mente trabajaba a toda velocidad.

- Eso es, he tenido un accidente, me he dado un golpe, todo ha sido una alucinación.

Se empezó a palpar el cuerpo para ver si tenía alguna herida, o golpe, sin atreverse a moverse mucho, por si estaba herido de veras.

Y oyó otra vez la voz de la chica del teléfono, la alucinación seguía, se incorporo y al mirar en dirección a la voz, vio a la chica, y la reconoció

Aunque solo había visto de ella una pequeña foto en la “ventanita” del messenger, supo quien era la tal Susana

Era alguien de internet, hacia una semana mas o menos que le conocía, había hablado un par de veces con ella. ¿Pero eso fue en 2004 o en 2009?

Su ultimo recuerdo antes de la pesadilla, era saliendo de su trabajo, camino de su casa, en Madrid…

….

Durante el tiempo que estuvo en el hospital, y a pesar de las muchas pruebas que le hicieron, de las veces que el contaron la historia de esos cinco años, de las fotos que le enseñaron no consiguió recordar nada, así que le dieron el alta con un escueto “amnesia temporal de origen desconocido, seguir por psiquiatra, y/o neurólogo”

Los llantos de Susana, a quien seguía sin conocer, no le afectaron en absoluto, se volvió a su Madrid, a su casa, o mejor dicho a la casa de su madre.

No lamentaba los cinco años perdidos, simplemente no existían, no habían pasado, igual hubiera podido dormirlos

No echaba de menos nada, salvo a su mujer, a quien quería como el día que salio de su trabajo, y se borro todo, pero que ya no era su mujer, Y sobre todo a su hijo, quien veía solo cada 15 días, un fin de semana si, y otro no, Lo que mas lamentaba era que se había perdido verlo crecer. Cinco años en la vida de un niño que tenía cuatro cuando su vida se esfumo, es toda una vida.

Una cosa nueva hacia con meticulosidad, con obsesión maniática, todos los días, todos, escribía de forma exacta lo que había hecho esa jornada, y lo imprimía, tres veces.

Y una de las copias siempre iba con el

viernes, 12 de marzo de 2010

Frote con duro instrumento
las células germinales
hasta que estas solo fueron
una masa temblorosa

La puse sobre un lecho caliente, ardiente,
y le di vueltas hasta que su piel
se puso tensa y dorada, apetitosa.

Y al verla, mi deseo, mi hambre
Creció

Que ica la tortillita que me he hecho pa cena

jueves, 11 de marzo de 2010

Zuummm Zuuuum

Zuummm Zuuuum el limpiaparabrisas va y viene

Y yo voy bajo la lluvia, estoy llegando a Guadalajara, la señal de la radio que solo habla se pierde, dentro de poco tendré que escuchar mis pensamientos.

Zuummm Zuuuum

Intentare meterme en los viejos juegos de cuando viajaba con destinos ciertos, no puedo escucharme a mi mismo.

Zuummm Zuuuum

No parare en la gasolinera de antaño, ya la chica que atendía no esta, era una chica de fealdad románica, pero sonreía como la mujer mas bonita del mundo y así te hacia sentir a ti.

Zuummm Zuuuum

Me voy con la mente a otra gasolinera, a las largas conversaciones con Rosa, mientras fumábamos escondidos en el pasillo de los baños, donde las cámaras no podrían recriminarnos nada. Y aquel único beso, que fue como una vida junto a ella.

Zuummm Zuuuum

Llueve, y solo tengo mis pensamientos para distraerme

Zuummm Zuuuum

Mi hija me dio un beso cuando la deje a la puerta del cole, aun tengo la sensación de sus labios en mi cara. Sonrió ampliamente a las gotas en el cristal

Zuummm Zuuuum

Calatayud, recuerdo a Pilar, era bonita, y agradable, pero cuando probé su piel sentí un sabor amargo, ¿que puñetas de crema se pondría?, en cualquier caso recuerdo mas ese sabor que sus ojos

Zuummm Zuuuum

Pobre Paula, debí haber estado mas con ella, y a la mierda todo lo demás, Pero tal vez hubiera sido peor… para ella.

Zuummm Zuuuum

Recuerdo una frase que leí, “La vida de todo hombre es un espejo de mujeres muertas”. Tendré que buscarla, no recuerdo el autor. Tal vez el toxico sea yo.

Zuummm Zuuuum

Pongo la radio otra vez, solo zumba, no quiero escucharme más.

martes, 9 de marzo de 2010

La prueba

Hoy cotilleando en un blog me acorde de una cosa

¡¡¡¡LA PRUEBA!!!!

¿La “prueba” de que? Direis

Pues la prueba de que alguien de verdad estaba contigo por algo mas que una noche tonta, que la tiene cualquiera.

Si a la mañana siguiente te le topabas por el pasillo, estando yo de mala leche mañanera, sin afeitar, despeluchao, en calzoncillos y rascándome el culo, y no salían corriendo, era por algún motivo oscuro, o peor todavía… te querían

En cualquier caso muy sospechoso. Pero como la carne es debil, no me lo pensaba mucho.

Si me lo pensaba cuando te levantas y vas a coger los bártulos de afeitar y encuentras un paquete de compresas en el armarito. Ese día me afeitaba bien, me duchaba, me peinaba con gomina y too, me vestía de pijoguay, preparaba el desayuno, y se lo llevaba a la cama. Y decía…

“Cariño, creo que debemos dejarlo”

Compresas en el armario, ¡la leche! Mucha confianza ya, De ahí a que te planchen las camisas, y te digan de poner cortinas, va un paso.

domingo, 7 de marzo de 2010

Exgato

De cuando era cachorro apenas le quedaban recuerdos. Recordaba la escombrera y el cubil bajo una puerta tumbada donde les metió, a el y a su hermanos, su madre. Recordaba como le picaban las pulgas, el hambre, y el humano del mono naranja, que les cojio. Bueno, solo el humano, y el miedo que tuvo, el era un gato y no distinguía los colores.
Tenia también un lejano recuerdo de su llegada a esa casa, recordaba los gritos de su ama, cuando volvía de sus escapadas lleno de arañazos, y ahíto de libertad

Era siempre el mismo ritual, llegaba y su ama le gritaba cosas que como era un gato no entendía, pero le daba igual, el se disponía a darse una sesión de lametones y limpieza.

De sus escapadas solo recordaba eso, la sensación de libertad, de ser el mismo. También sus peleas con aquel gato gris del jardín, que siendo mas viejo, y taimado que el, siempre ganaba, al fin y al cabo el comía tres veces al día, era un gato fuerte y joven.

Un día le metieron en la caja que usaban cuando iban en coche, y después de eso, solo recordaba el dolor, y que pensó, en cuando se me pase el dolor, me escapo a darme un garbeo

Pero conforme paso el dolor, pasaron las ganas de irse.

Tampoco le quedaron ganas de afilarse al uñas en el sofá como antaño hacia y tanta satisfacción le daba. También le habían quitado las uñas.

Solo tenia eso, recuerdos. Reacuerdos de cuando era un gato y no como ahora tan solo un peluche animado, harto de wiskas, y pleno de caricias y mimos, pero eso, solo un peluche.



Reposado en le regazo de su ama se paro un momento a contemplar al humano que frete a el miraba absorto la caja de los destellos.

Siempre estaba así, sentado mirando la caja.

Y oyó hablar a su ama. Si no hubiera sido un peluche animado hubiera entendido lo que decían:

- Paco ¿tú me quieres?
- Si, claro – contesto el humano que miraba la caja de los destellos

Pero como era solo un exgato, no entendió nada, o casi nada

Pero por un momento su mirada fria, se hizo calida, y contemplando al humano absorto penso…

- A ti también te metieron en una caja y te arrancaron tu condición, tú también eres un capón

domingo, 28 de febrero de 2010

- Esa oveja esta embobaa, Don Rafael –

- A ver Gregorio, te he dicho que no me llames “Don Rafael” con Rafa basta, y además soy mas joven que tu y esto es tan tuyo como mío. -

- Es la costumbre, perdone

- Vaya Gregorio, parece que se va a poner a llover otra vez -

- Eso da igual -

- ¿Como va ha dar igual Gregorio? Nos vanos a poner chupios. -

- Da igual Don Rafael, da igual, llueva o haga sol, usted y yo vamos a tener que seguir aquí.

- Tienes razón Gregorio, esa oveja esta embobaa –

Valle de Guarga febrero del 2005

viernes, 26 de febrero de 2010

El caso del garaje

Suspiro al oír arrancar a su viejo coche, todas las mañana al meter al llave se preguntaba si ese seria el día que le dejaría tirado.

Mientras esperaba a que se abriera el portón del garaje, los vio, un grupo de vecinos junto con el portero, contemplaban algo.
Eso solo significaba una cosa, problemas, y con su recién estrenado cargo rotatorio de presidente era el principal candidato a endosarle el “mochuelo”
Intento hacerse pequeñito en el asiento, pero ya era demasiado tarde, el portero le había visto, y le hacia señas para que se acercara.

Mientras se acercaba al grupo, empezó a mirar las caras tratando de adivinar con que se iba a enfrentar.

Había cuatro vecinos, uno de ellos miraba al suelo con cara compungida, no creyéndose lo que veía.

Estaba también la vecina que siempre le sonreía, con una sonrisa que jamás supo interpretar, era una mujer atractiva por partes, y digo por partes porque cada una de sus partes eran atractivas, lo malo es que no había ninguna igual, ni en tamaño, ni forma.

Y también había dos vecinos mas, ambos con cara de piedra, sin expresión, lo único que decía algo de ellos, eran sus vestimentas, el uno, con traje de oficina de banco, en barrio remoto. El otro, chándal de deporte, desconocedor de cualquier deporte, salvo el de la televisión dominguera.

No le hizo falta preguntar que había pasado, cuando llego a su altura la pudo ver, tumbada sobre un costado, rodeada de un liquido negro y grasiento, uno de sus brazos doblado y retorcido bajo ella, y el otro apuntando al techo como señalando algo invisible pero como si acusara, A través del faldón rojo y roto se atisbaba un interior metalizado.

El dueño manoseaba de forma nerviosa el ridículo casco que sin duda usaba cuando paseaba con ella, apenas podía contener las lágrimas.

- ¿Que ha pasado? – pregunto el presidente accidental
- No se, la encontré así – dijo el compungido vecino.

El presidente accidental, volvió a mirar a la preciosa y ahora destrozada sccoter roja que yacía el suelo.

- ¿Han dejado alguna nota? – volvió a preguntar el presidente
- No, ninguna, el muy cabr... –respondio el dueño

Y entonces uno d los vecinos con cara de piedra, se sintió en la obligación de hacerse el enteradillo y dijo:

- Será fácil saberlo, el que lo haya hecho, algún arañazo se habrá dejado en el coche -

- Eso si aun esta el coche aquí – dijo la vecina escombro

En ese momento el presidente accidental echo de menos llevar gabardina, y sacando un “ducados” de bolsillo, lo encendió con calma antes de decir:

- Lo que se debe hacer… - hizo un pausa para crear expectación – es visionar la cámara de la puerta del garaje – dio otra calada al cigarrillo y siguió - para ver que coches se movieron anoche –

Y dirigiéndose al desolado amo de la moto pregunto:

- ¿A que hora dejaste la moto anoche?

- Sobre las ocho y media – respondió apretando con fuerza entre sus manos el estrafalario casco

- ¿Y esta mañana a que hora encontraste el “cuerpo”? – pregunto el sagaz presidente accidental

- Hace mas o menos tres cuartos de hora – respondió el vecino motorista

- ¿Y “mas o menos” que hora exacta es? – pregunto de forma a casi impertinente el perspicaz presidente accidental

- Pues sobre las ocho menos cuarto -

Y como si pensara en alto el presidente fortuito: a media voz dijo:

- Entonces los hechos ocurrieron entre las 20:30 horas de ayer y las 7:45 de hoy, mmmmm, eso son casi 12 horas – y dirigiéndose a los demás, pregunto – ¿Nadie ha visto ni oído nada?

Todos negaron con la cabeza,

Y con tono resolutivo se dirigió a su fiel conserje Francisco, que había permanecido en segundo plano hasta ese momento

- ¡Paco! Haz una cosa, visiona – “que bien hablo” se dijo para si - la grabación de la cámara de la puerta del garaje entre las 20:30 de ayer, o mejor desde que entrara Don Javier con la moto, hasta las 8 de hoy. Llamare al administrador para que te de la clave y puedas hacerlo, Y me apuntas los coches que entraron y salieron, en ese tiempo. Cuando yo llegue esta tarde los revisamos a ver cual tiene marcas.-

Y el dueño de la victima, le dio por apostillar

- Pues si no lo encuentran, tendrá que pagar el seguro de la comunidad -

-¡Eso ya lo veremos!- respondio el presidente ocasional de forma casi violenta.

En ese momento a todo el mundo le entro prisa por marcharse. Pero antes la vecina escombro se dirigió al dueño de la moto adelantando hacia el, su pecho mas grande, que era justo el contrario de su pierna mas corta, y le dijo:

- ¿Si quieres te llevo?

...

Esa tarde cuando llego el presidente de su quehacer profesional, su fiel portero Paco le tenía preparada la lista de las entradas y salidas del garaje

Y juntos se dispusieron a revisar los coches, que por fortuna se encontraban todos ahí. Todos menos uno, un golf cabrio blanco, que entro en el garaje a las 12:36 y marcho esa mañana a las 6:17. Ninguno presentaba marcas.

- Paco, ¿tu sabes de quien ese golf? – Pregunto el presidente
- No me suena, creo que no es de un vecino, jamás lo vi. – respondió el leal Paco
- Vamos a ver la cinta, - resolvió el presidente

En la cinta se veía entrar un cabrio blanco, y claramente para el presidente, que menudo olfato tenia para las chicas, se distinguía al volante una mujer.

Y el presidente se dirigió a casa del dueño de la victima, a informarle del fracaso de sus pesquisas

Al abrir la puerta el motorista le recibió con una sonrisa, esto escamo al presidente

Hola Javier – dijo el presidente – mañana llamare al seguro de la comunidad para ver que se puede hacer. Lo mismo los peritos son capaces de saber quien fue

Noooo, no te molestes – dijo Javier – he hablado con mi seguro y se hacen cargo ellos.

Y entonces el presidente lo tuvo claro, ya sabía lo que había ocurrido,

- Por cierto Javier – dijo el presidente con mala baba apenas contenida – no te pregunte esta mañana que tal tu suegra.
- Pues sigue igual, en el hospital – respondió sin emoción
- ¿Y tu mujer sigue pasando las noches allí? – volvió preguntar
- Si
- Pues vaya lío, ¿no? Tu sin moto y ella se lleva el coche, un Renault ¿verdad?
- Si. ¿Por? – respondió el vecino con cara mosqueo
- No por nada, nada, bueno me voy – dijo el presidente sagaz – si necesitas algo me lo dices Javier
- Gracias, hasta luego – dijo el vecino desde la puerta de su casa

Y ya cuando pulsaba el presidente le botón del ascensor se volvió al vecino que aun permanecía como una cariátide en la puerta de su casa, y le pregunto

- Por cierto, ¿Tú no sabrás quien es la chica que tiene un golf blanco?
- ¡No! – respondió poniéndose colorado
- Pues creo que fue quien te chafo la moto al salir de TU plaza de garaje – y sin esperar respuesta el presidente accidental se metió en el ascensor y desapareció, lamentando para sus adentros no llevar una gabardina en ese momento.

Caso resuelto

Próximos casos del "Presidente accidental":

"El no reciclador siempre paga"
"Unas bragas en el patio"

sábado, 13 de febrero de 2010

Los hombres mienten

Es una bendición que las mujeres piensen que los hombres siempre mentimos

Pero no solo una bendición, es, la repanocha, la leche, estupendo, magnifico, atómico, chiripitifalutico, la ostia sin h, la hostia con h, guay, chachipiruli, que te cagas, divino, hipermegachachi, el bien supremo

Permite cotas de libertad, extensas, oceánicas, espaciales, planetarias, estelares, galácticas, íntimas y recónditas.

Y encima todo eso, ¡sin mentir!

-Cariñoooo me voy de putas
-Vale, no gastes mucho, y a la salida del campo de fútbol, no te entretengas, que mañana trabajas

-Cielo le voy a darle un revolcón rapidito a la vecina
-Bieeeen, no olvides traer pan, y cómprame el Hola

-Amoooor me voy a hacer un trío con dos suecas
-OK, y de paso pregúntales si hay alguna oferta en el Ikea

-Menganita, te tengo que confesar una cosa, me he echado una amante
-¿Tu? ¿Con esa calva? ¡Anda yaaaa!

No hay nada mas inverosímil que la verdad desnuda

Pero todo esto, como todo tiene un pero, uno muy serio, siempre lo hay,

Mejor que yo lo expresa el dicho del siglo XVI

“Los caballeros que falsamente, a sus damas, de amor hablan, obtienen mas de ellas, que si amor, en verdad declaran”

martes, 9 de febrero de 2010

Su mañana

Se despertó como todos los días, el primero, los ruidos de la calle por mas que habituales nunca dejaban de sorprenderle, sobre todo el del camión de la basura.

Vago por la casa como ausente, haciendo el mismo recorrido habitual, como si tuviera que inspeccionarlo todo, paso por el salón, el pasillo, la cocina, la habitación de los niños, ahora sin niños, Allí se paro un momento, como si esperara que los niños, que ya no eran niños, aparecieran de repente, No aparecieron, tantos años de rutina le hacían esperar que todo siguiera igual.

Volvió a la cocina a beber agua

Se sentó a esperar, sin impaciencia, el no entendía de prisas, pero si de esperas.

Por fin oyó ruidos, ruidos familiares, ruidos habituales, era Ella que por fin despertaba. Se dirigió a su encuentro con la misma alegría que todos los días, esperando lo mismo, un gesto de cariño.

Para el era todo su mundo, y aunque esa mañana Ella paso por su lado camino del baño sin apenas mirarle, no le importo. La amaba, la quería incondicionalmente, aunque no hubiera caricia, ni beso, era igual, El sentía el mismo cariño y admiración por ella que todos los días de su vida

Y se sentó a esperar otra vez

Atento a cualquier ruido que hiciera, imaginándole, sintiéndole,

Oyó el ruido del agua, y le supo desnuda bajo la ducha, Oyó el ruido del spray que nunca supo que era y que tanto repelus le daba, y le supo con los brazos desnudos levantados, Oyó la puerta del armario y le supo con una toalla contemplando la ropa en una decisión que el nunca entendería, pero si conocía.

Y por fin le volvió a ver, ya vestida de calle, y por fin le dijo algo, su voz siempre le producía eso, un estremecimiento agradable que le hacia sentirse seguro, era su mejor sonido.

- ¿Nos vamos?

Se levanto de un salto y junto a Ella se dirigió a la puerta

Ya en la calle , por primera vez ese día, pensó solo en El, se acerco a la esquina de costumbre, levanto la pata, y orino

- Que bien, que gusto – pensó – y ahora, a ver que olores nuevos encuentro

Y moviendo la cola, se puso a olisquear la acera.

Civilizacion

Se encontraron por la calle, hacia mucho que no se veían, lo menos años, y después de los consabidos besos, y los comentarios amables del estilo de:

- Que bien te veo, estas mas llenita, te sienta mejor a la cara -
- Te has dejado crecer el pelo, ¡mucho mejor! Lo tenias tan fino y ralo -

Decidieron ir a tomar un café, y contarse las aventuras de sus vidas.

En un momento dado salio el tema

- ¿Sigues saliendo con ese chico?
- Si, ya va para siete años, ¡y muy bien!
- Era casado ¿no? – volvió a preguntar la otra con sonrisa malévola
- Si, y sigue siéndolo – respondió con despreocupación satisfecha
- ¿Y no te importa?
- Pues no, la verdad, me hace reír, y pasar unas tardes estupendas, y no tengo ni que lavarle los calzoncillos, ni aguantar los partidos de fútbol, y además cuando viene a casa aun deja la tapa del water bajada, y la toalla colocada.
- ¿Y la mujer no sabe nada?
- ¿Pues no se? Nunca hablamos del tema, supongo, pero así él le deja tranquila por las noches, y no le da la lata nunca, supongo que tendrá sus “cosas” también.

Y cambiaron de tema.
……

El domingo siguiente, una de ellas, se acerco aun hombre que estaba sentado en su salón viendo el fútbol

Y le dijo tirandole una bolsa de lo que parecía ropa encima de la mesa:

- Le dices a la del pelo ralo que esta semana te lave ella los calzoncillos, el domingo que viene ves el partido allí, y te traes la muda de la semana para que te la lave yo. A ver si empezamos a repartirnos bien, ¡Ah! y mañana acuérdate de recoger el traje en el tinte.

El levanto un momento la mirada de la tele, solo un momento, enseguida volvió y dijo:

- Goooooooooooool

El barquero de Caronte

Se encontraron como siempre, una vez al año, en la cena del equipo, y mientras tomaban la cerveza de “antes” le pregunto:

- Sonia ya esta bien ¿no?,
- Si, muy bien, totalmente recuperada, como nueva. Gracias
- ¿Y porque no ha venido?
- Es que veras, ya no estamos juntos
- ¡No jodas! – Con cara de falso asombro – ¿Qué paso?
- Nada, se fue – con resignación dijo el otro
- ¡Que guarra! Después de lo que pasantes por ella

Y entones como una oleada de rabia, pena, le vino a la mente, las noches interminables en el hospital. Las tardes sujentandole la frente mientras vomitaba el veneno de la “quimio”.
Los abrazos intentando no llorar mas que ella, mientras le decía que no se iba a morir, que todo iría bien, y por dentro pidiendo a un Dios en el que nunca creyó, que la salvara.

Y entonces cojiendole por el cuello de forma violenta, con al rabia de meses le dio le discurso de su vida.

- ¡Cállate imbecil!, esta bien, sana y viva, y es lo único que importa, ¡que me importa!, ¡Tu que sabes! Acaso tu vivirías todos los días junto al recuerdo de tu casi muerte. Con el bote de medicina que te salvo y cada vez que le vieras recordaras…

…………

Es la tragedia del Barquero de Caronte, o de Orfeo, o Euridice…. O los tres

domingo, 7 de febrero de 2010

El heredero malevolo

Solo tengo el titulo, “El heredero malévolo” solo eso, un titulo

No es una historia de misterios, ni un melodrama, ni siquiera un cuento, es mi vida

O ni eso

No se lo que es

Es solo un titulo

Es solo un sentimiento estupido

Que no debe condicionarme

Ni condicionar a nadie

Es solo eso una estupidez

De tantas

viernes, 5 de febrero de 2010

El patio (segunda parte)

Dormitaba apoyada contra la ventanilla, no tenia sueño, y aunque lo tuviera no dormiría, jamás lo pudo hacer en un avión, por muy cómodos que fueran los asientos, por muy relajante que fuera el viaje.

La emoción del despegue, siempre la producía tal excitación, que no miedo, que le impedía dormir durante el viaje.

Era un viaje largo, de vuelta, uno mas, de muchos, todo el mundo le envidaba sus viajes, sobre todo sus amigas del viejo barrio..

Dormitaba, porque así se sentía mas cómoda. Así el silencio era mas soportable, mas excusable.

¿Que le pasaba?, porque sentía esa angustia.

No se puede decir, que no estuviera bien, los últimos tres años, desde el famoso día de la secadora, habían sido geniales, al lado del hombre, que sentado a su lado, leía un libro.

¿Pero porque ahora no podía hablarle?, ¿porque el no le hablaba?.

Al llegar al aeropuerto, la angustia se disolvió, entre recogida de equipajes.

Y al llegar a la aduana, ocurrió

Sin saber porque le pasaron a un cuarto, donde después de una espera que le pareció largisima, entro una mujer, y sin saludarle, ni mirarle siquiera a la cara le dijo que se desnudara, De nada servio pedir explicaciones. ¡Desnúdese! Y deje la ropa en esa silla.

Que humillada se sintió, mientras aquella bruja manoseaba su ropa, con minuciosidad, sin prisa, sin atención a su desnudez, Y para remate, la manoseo a ella, sin dejar ningún pliegue, como no había dejado ninguna costura de su ropa por sobar.

Cuando salio allí estaba él, con la cara demacrada de preocupación

- ¿Qué ha pasado? -
- Nada, vamonos a casa
- ¿Pero que ha pasado? – Volvió a preguntar levantando el tono
- Que nada, vamonos a casa, ¡Ya! Luego te cuento.

De camino a casa en el taxi, silencio otra vez, pero era otro silencio, el la abrazaba. Como le gustaban sus abrazos, que bien le hacían sentir, que segura.

Al llegar a casa le contó, y el estallo en indignación, y le prometió que… bueno a ella no, a el mismo, que la iba liar, que eso no quedaba así.

A ella que la liara o no, le daba igual, pero se sentía bien, al verle tan enfadado, no sabia porque, le hacia sentir bien, estuvieron hablando, mucho tiempo esa tarde.

Durante la semana siguiente la angustia de los últimos meses desapareció. Todos los días cuando el llegaba a casa le hacia un relato de las gestiones, y de la gente con la que había hablado para que la “cosa no quedara así”.
A ella, eso ya, le importaba un pito, pasado el momento de apuro, ya le daba igual, pero le encantaba escucharle. Verle vehemente, activo, orgulloso de su defensa. Le encantaba.

Y entonces entendió, durante esa semana, comprendió su angustia, Durante esa semana, supo lo que les pasaba.

A fuerza de estar juntos, de hacer cosas juntos, de vivir las mismas vidas, las mismas experiencias, se habían disuelto el uno en el otro, ya no tenían experiencias propias, no había intercambio.

Y tomo una decisión

Un día le dijo:

- ¿Porque no volvemos a nuestros antiguos pisos, cada uno al suyo, en el viejo barrio? Con nuestro patio -

El guardo silencio, un momento y respondió:

-Si, yo también echo de menos “nuestro patio”-

-Y podemos hablar por el, como antes – dijo ella riendo abiertamente

Y los dos rieron hasta que en seco el paro y dijo:

- Pero por la noche nos juntamos. ¿No?-
- Eso ni lo dudes – contesto ella con una sonrisa entre picara y burlona, que prometía grandes cosas.

lunes, 25 de enero de 2010

La maldicion

Descubrió su enfermedad en el cine.

No inmediatamente, no, pero la descubrió.

Tal y como aquellos marineros que poco a poco se asimilaban a barco, al mar por donde navegaban. A el le pasaba la mismo

Lo mismo exactamente no, a él no le crecían estrellas de mar, ni salmonetes, ni sus dedos eran tentáculos de calamar. Él no empezaba a formar parte de un barco de vela

Sobre un hombro le crecía una televisión de dios sabe cuantas pulgadas seria, en un brazo asomaba las esquina del lavavajillas, las piernas llenas de zapatos de niño y libros de texto que todos los años cambiaban.
En su espalda aparecían dibujadas extrañas letras y números, formando palabras, como “Unión Fenosa” “Gas natural” cuyo significado le angustiaba.

Una mano parecía un surtidor de gasolina, y en la otra un neumático demasiado gastado que debía cambiar.

Y sobre su rostro, poco a poco crecía una fea y purulenta hipoteca.

¡Estaba maldito! Dentro de poco no seria mas que otro objeto mas del paisaje, de la nave.

Pero su maldición, su enfermedad, era peor que las de los desgraciados marineros a las órdenes de Davy Jones.

El nunca iría por los mares del sur, el no seria un “pirata del caribe” solo seria parte del polvo urbano, con suerte mortero entre los rojos ladrillos de un barrio nuevo.

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Tiemblan las velas
Y el corazón

Ron ron y ron

Hombres de almas negras
Como el carbón

Ron ron y ron

Y su barco
cruzando el mar esta
A su mando
el mas sangriento capitán

Tiemblan las velas
Y el corazón

Ron ron y ron

A los bucaneros
Todos les tienen temor
El diablo también
Les tiene aversión

Y cualquiera mata
Sin compasión
A su amigo intimo
Por un doblón

Por un doblón

Por un doblón

Esta noche va ocurrir algo fatal

Algo fatal
Algo fatal

El tesoro se puede oler
Algo malo va suceder.

Tiemblan las velas
Y el corazón

Ron ron y ron

Hay secretos
Que duermen
Sin compasión

Ron ron y ron

Si se levanta el ancla
Y en barco estas
Ya no hay remedio
Ya no hay vuelta atrás