Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

domingo, 20 de diciembre de 2009

El, El Otro

Le pasaba muy a menudo, salía de casa, sentado en sus pensamientos, pensando su coche. Enfilaba la circunvalación de la horrible ciudad, y cuando se quería dar cuenta estaba delante de su vieja oficina. Iba allí, donde hacia cuatro años que no debía ir, de forma automática.

Y le daba una rabia inmensa, que tapaba con una frase inmensamente estupida, “Que pena de gasolina gastada”. Con ello pretendía tapar, no dar importancia, a lo que en veras le preocupaba. ¿Porque razón? ¿Porque estupida razón su mente cuando se desconectaba de él le traía una y otra vez al mismo sitio? Al mismo sitio, que años atrás dejo tirado, allí, donde no era él, sino el “otro”.

Y eso le torturaba. ¿Y si el otro, era realmente él? No podía ser, fue una decisión correcta, tal vez cobarde, pero correcta.

¡O todavía peor!, ¿Añoraba? ¿Sentía nostalgia del los años rápidos? ¡No! Prefería pensar en el gasto tonto de la gasolina.

Era una defensa, ¡Si!, El “otro” con su inmenso sueldo, con su desprecio por los demás, por sus dolores, por sus alegrías, jamás hubiera pensado en tal tontería. Ahora en sus apuros económicos, podía, creía ser él mismo.

Pero este día quiso comprobarlo, aparco, y se adentro en la vieja oficina.

Y le saludaron, y le sonrieron, los que alguna vez beneficio, y los que alguna vez perjudico. Y las mismas preguntas, “¿Que haces ahora? ¿Cómo te va? “ Y mintió, y dijo verdad, ora con descaro, ora con vergüenza, total…

Incluso mostró interés por los cambios, algunos le parecieron bien, y otros… también, total…

Y marcho

Y marcho con pena, con rabia aun mayor que cuando llego. Nadie le pidió que volviera.

Pero algo ya estaba claro, él y el “otro”, eran la misma persona, y eso le dio mas rabia aun.

- Que perdida mas tonta de gasolina – pensó – y de tiempo

Y lo del tiempo, si fue enormemente idiota, tiempo tenia muchísimo

Para eso dejo de ser el “otro”, para tener tiempo, y por eso el “otro” le odiaba. Por no saber que hacer con ese tiempo, por no usarlo.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Romance del Lago Seco



Sobre el lago seco,
en medio de la nada
los doce todo terreno
a velocidad marchaban
todos en paralelo
el polvo no molestara
cada diez minutos
se hacia una parada

por descansar un rato
y controlar si alguien faltaba
diez minutos son largos

manos he crispadas
cogiendo el volante
que duro temblaba
hombros cargados por el
traqueteo de la cabalgada.

En el asiento trasero
las doncellas dormitaban
a mi lado el compañero
que cada poco gritaba
-¡Cuidado con ese agujero
que las ruedas encajaras!
Unos minutos pasajeros

Para que la tensión pasara
todo el mundo detenido
tiempo de contarnos tocaba
uno dos tres… ocho… once
un coche nos faltaba
¿Donde se habrán metido?
tres chicas, en la nada
Marta, Raquel y Maria
la conductora se llamaba
Puede se han perdido,

o una avería inesperada
Por fin vemos el polvo
a velocidad endiablada

Como si Dakar se tratara
a nuestra altura llega
el coche nos faltaba
y entonces nos pasa
sin hacer la parada.
La conductora no mira
su mirada extraviada
en al asiento trasero
la chica que lo ocupaba
con gesto de terror
el cristal golpeaba
Siguen adelante corriendo
a velocidad desmesurada
¿Fallaran los frenos?
¿Estará conductora mareada?
Salimos en persecución
de las doncellas desmadradas
preocupados éramos
por si alcanzaran la falla,
Tremendo barranco es
Si caes, seguro espirabas
Por fin se detienen, dos
chicas al suelo saltaban
y con autentica pasión
la misma tierra besaban
La conductora en volante
la mirada muy extraviada

- ¿Que os ha ocurrido?
Ansiosos les preguntamos
- ¿A que viene este desvarido?
- Pues que Maria a causa
del traqueteo se ha corrido.
No entendemos, decimos
todos muy sorprendidos
- Pues que con la vibración
un orgasmo ha tenido
por poco nos mata,
pero ella se ha divertido

Aquí termina la historia
de los guijarros del lago
en desierto de Arabia
que conduciendo por el
a la doncella Maria
orgasmo le causaron
pero no lo confesaría
aun que algunos dijeron
milagro de Ala seria