Frote con duro instrumento
las células germinales
hasta que estas solo fueron
una masa temblorosa
La puse sobre un lecho caliente, ardiente,
y le di vueltas hasta que su piel
se puso tensa y dorada, apetitosa.
Y al verla, mi deseo, mi hambre
Creció
Que ica la tortillita que me he hecho pa cena
No hay comentarios:
Publicar un comentario