Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

domingo, 20 de noviembre de 2011

Blatella Germanica

Se coló a hurtadillas en su cocina, porque ya era solo eso, su cocina, había sido expulsado por Ella.

Hoy lo haría. Hoy terminarían sus noches en vela.

Noches pensando, que haría Ella, que comería, por donde discurriría su cuerpo, donde posaría su boca.

Le sorprendería.

Se sentó en una esquina, en la oscuridad, tan solo en sus manos, dos objetos, una linterna, y el frió instrumento, que daría fin a su obsesión. El pasaporte para el descanso.

Mientras esperaba que llegara, trato de espantar de su mente, toda idea, quería tener todo su cerebro, sus sentidos, sus músculos en la terrible tarea que se había impuesto.

Los sonidos de la noche se agolpaban en sus oídos, el zumbido del frigorífico, el lejano grifo del jardín que siempre gotea, el escándalo tenue de un cuerpo moviéndose, cambiando de postura un colchón ya desconocido para el.

No los quería escuchar, solo quería tener oídos para llegada de Ella.

Por fin, a la esquiva luz naranja de las insolentes farolas urbanas distinguió su cuerpo.

No podía dudar, lo tenia todo calculado, cada movimiento, como la acorralaría… cada golpe, cada impulso.

Encendió la linterna, y al ver la luz Ella, por un momento se paralizo, el miedo recorrió su menudo cuerpo. Unas milésimas de segundo tal vez , pero enseguida trato de escapar, tarde, muy tarde, El ya tenia el instrumento mortal sobre Ella.

Descargo un golpe, y luego otro, sin compasión, sin emoción, ni siquiera la mirada de pánico de Ella le hicieron dudar, estaba decidido, tenia que morir.

Dos golpes, no hicieron falta mas, Ella dejo de respirar.

Contemplo por unos segundos su obra, el cadáver de ella reposaba sobre los azulejos azotados por millones de lejías. Un oscuro fluido salía su cuerpo.

Por fin una emoción, satisfacción, una inmensa satisfacción, dejaría el cadáver allí toda la noche, para que a la mañana siguiente todos pudieran contemplar la hazaña.

Ya podía dormir, libre de obsesiones… dormir… dormir…

Camino de la cama, mascullo las primeras palabras de la noche:

- ¡Que asco de cucaracha! Al fin la cacé -

domingo, 16 de octubre de 2011

El retrato

Cuando le vio en una foto iluminada por la luz de la pantalla sufrió el primer latigazo, Aunque había hablado con ella ya, no conocía su imagen y cuando le vio, tubo una descarga, le conocía, no sabia de que, pero le conocía.
Pero no era un conocimiento físico, ni antiguo, ni un fantasma del pasado. Era parte de una de sus imaginaciones, uno de sus mundos construidos a partir de la mirada de una mujer de dos dimensiones, la mujer de un cuadro. Tal vez una mujer muerta, o inventada.
Pero aquella mujer, aquella mirada era real.
Y no recordaba donde, en que cuadro, en invención suya le había visto.
Si recodo la sensación, la tristeza de la sombra. La sombra de quien vive la vida de otros, sin encontrar la suya, De quien la busco en el amor, en la maternidad, en el arte, en el sexo, en su propia sublimación, en su degradación, y nunca la encontró, sintiéndose siempre sombra, sin saber que objeto, que sentimiento, que anhelo, al interponerse entre la luz y ella era quien la producía, y le hacia real.
Una mirada de sombra.
No quiso ese día darle mas importancia al tema, supuso que seria una sensación pasajera, algo inerte trasmitido por la foto, y reflejo de lo hablado. Y además dentro de poco la vería, no fija, sino moviéndose, sonriendo, conocería su olor, y todos aquellos matices que hacen las mujeres reales, y las extraen de sus imaginaciones.

No fue así, aquel día, aquella tarde en la que se vieron, en la que él estuvo especialmente torpe, todo se hizo mas intenso.
Una vez le vio alejarse, bajando por las escaleras, todo aquella sensación de vivido le volvió a asaltar.
Camino, comenzó a llover, de forma brutal, las calles se llenaron de agua, y vaciaron de seres humanos, Sus zapatos de verano, estrenados para la ocasión, se convirtieron pesados lastres, el agua resbalaba por la espada hasta el cinturón, demasiado apretado en un intento vano de disminuir su barriga.
No dejaba de pensar quien era esa mujer, en que cuadro, en cual de sus muchas vidas la imagino.
Ya en su casa, sentado ante el ordenador, comenzó a buscar el cuadro, primero entre los que tenía guardados recientemente, luego empezó a mirar, a buscar en la red.
Y al fin dio con ella, era ella, y la mirada que en su día, le hizo sentir, imaginar, vibrar, allí estaba, y esa tarde le había hablado.
Todas esas miradas que imagino que le fascinaron en alguna ocasión, tal vez en algún lugar, existan, con los mismos sentimientos, las mismas vidas que el soñó
¿Dónde están?
¿Dónde están las mujeres reales cuya imagen soñada le fascino?
¿Y donde están los retratos de aquellas mujeres que conoció, que conoce, y nunca soñó?
¿Serán el sueño de alguien?
¿Habrá en alguna parte el retrato de ellas?
¿Seremos todos el sueño de alguien?
¿Será todo un sueño, un retrato de otras vidas?

viernes, 19 de agosto de 2011

Llevo...

Llevo unos días muy agitado con la mente a cien por hora, lo cual me molesta, me causa ansiedad, y lo peor de todo, me salen espinillas en la espalda y no digo donde mas.

Todo empezó cuando llame a una antigua compañera de estudios, con la loable e imprudente intención de felicitarle en su 48 cumpleaños.

Y lo hago

Llamo y tarda bastante en cogerlo, cuando lo hace solo dice un “diga” nervioso, sobre un fondo de llanto infantil
- Felicidades guapísima – le suelto yo por todo saludo
- Gracias ¿quien eres? –
- Rafa, ¿es que has borrado mi número de teléfono? –
- No, que he descolgado sin mirar –
Y antes de que yo pueda seguir hablando me dice:
- Te llamo luego, que nos bajamos a la playa y el puñetero niño no quiere que le ponga la crema –

Y cuelga

El “luego” se materializó una semana después

Después de ponernos a parir por lo descastados que somos, que no nos llamamos nunca y hacer un breve resumen de nuestras miserables, domesticas, y aburridas vidas, llegó lo interesante

- Rafa, te tengo que contar tres cotilleos cojonudos – me dice

Acepto encantado, y me cuenta que “Fulanita” la parienta de “Fulanito” (otro compi de estudios) se ha liado este verano con un becario alemán que tenia su marido en la excavación de Huelva, Me cuenta así mismo que su ex sigue perdido en la montaña dedicado a la vida contemplativa, quiero decir contemplando todos los clubes de carretera entre Madrid y Puebla de Sanabria, y lo mas interesante de todo, según ella, que si he leído su trabajo sobre el problema de supervivencia de los anfibios en el limite de K-T después de la caída del pedrusco espacial.
Miento, le digo que no lo he leído, pero que me lo he descargado y lo tengo pendiente. La mentira era que lo había descargado,
Nos despedimos y prometemos falsamente quedar un día a la vuelta de vacaciones.

Pero el mal ya estaba hecho

Me descargo el trabajito, lo leo, ¡vale! Me parece bien, pero me pica el gusanillo de saber por donde anda el mundillo paleontológico hispano, y empiezo a buscar las últimas publicaciones, sigo leyendo.

Cada entrada, cada referencia, cada nueva idea, o genero/especie, me lleva a buscar mas datos, y lo peor, a pensar. ¡Con lo a gusto que estaba yo en mi vació mental! Con solo la estupenda ocupación de perseguir violonchelistas hembra, y contemplar escotes.

Me sumerjo en el proceloso mundo de evolución de de las aves, de ahí al fabuloso nuevo yacimiento llenito de nuevecitos dinosaurios, sin darme cuenta, estoy leyendo sobre genomas e hibridación neardhental. Y vuelta a los meteoritos, que sin remedio me mandan a la teoría de la gravedad, y relatividad general, para ya en el colmo de la perversión, me empapo de agujeros negros y la paradoja de Hawking.

Sumergido en ese perverso mundo, de repente… un dolor agudo en la espalda… pedazo de espinilla me ha salido.

Así que decido dejarme de tonterías, volver a mis vacíos que es como mas a gusto estoy

Pero antes un tengo un ultimo pensamiento profundo

No creo en Dios.

Pero me jode cantidad aquellos progresistas de sindicato vertical, concubinos de la subvención, perroflautas, resentidos, tolerantes de la Idea Única y chorizos sociales, que no soportan que otros crean: Se les nota la envidia por cada uno de sus intransigentes poros.

A mi también me dan envidia, tanta que no los desprecio, los admiro, me gustaría creer todo seria mas fácil.

¿O mas difícil?

Pero no creo, no creo

jueves, 26 de mayo de 2011

Una farola, dos



Una farola, dos
una hora, dos

Cada luz
un recuerdo
cada cruce
un adiós

Huir,
no mirar atrás
huir,
no sentir más

Seguir
nunca parar
seguir
no querer saber donde vas

Sin abrazos
al partir
Sin sonrisas
al llegar

Una farola, dos
una hora, dos

Cada cruce
un olvido
cada adiós
un destino

miércoles, 25 de mayo de 2011

La Voz

Conducía hacia su casa. Y cada metro cada kilómetro que le acercaba a ella, aumentaba la certeza de que allí no tenía nada que hacer.

Estaba cansado, físicamente cansado

Una pereza enorme le crecía, Pereza por el mismo camino, la misma carretera, el mismo garaje, las conversaciones repetidas frente a la pantalla clara. Todo igual, siempre lo mismo.

Y le añoraba… a Ella

Subió la montaña,

Como siempre le fallo, No fue donde tenía que ir, le fallo, Pero eso ya era una constante, había fallado a tantas. A veces por causas justificadas, miserables pero justificadas, otras simplemente por la misma pereza que le invadía, por el mismo camino de siempre, hacia su casa

Cuando la carretera comenzó a dar violentas curvas, se dio cuenta de que no estaba donde tenía que estar, pero le dio igual, seguiría conduciendo, la pereza nunca fue tan grande como su curiosidad.

Condujo, sin mirar los carteles, ni los destinos, solo conducir donde le llevara

Y le llevo a donde no quería ir.

Detuvo el coche. Por fin un leyó un cartel, “Morella”

Se bajo.

No recodaba el lugar así, en la penumbra las rocas parecían mas pequeñas, y había mas pinos, pinos enormes, “¿de donde habían salido tantos pinos?”

Volvió al coche, apago las luces, para poder escudriñar en la penumbra el lugar.

Era un lugar solitario, de una carretera olvidada, no había ruidos, ni luces en el horizonte, nada, Le asusto el silencio, ni los grillos cantaban. Nada

Violo el silencio

- ¿Estas ahí? -

Nada, pero todo se paralizo, una corriente eléctrica le recorrió la espalda, hasta la nuca

- ¿Estas ahí? -

Después de unos segundos le oyó

- Si. Estoy -

- ¿Eres tu? -
- Pues claro, que otra iba a estar aquí – le respondió la voz – Y deja de gritar, veo que no has perdido las malas costumbres –
- ¿Porque me has llamado? –
- Yo no te he llamado, has venido tu solito, ya no te llamo nunca
- Pues no entiendo porque he venido –
- ¡Ay! – Se lamento la voz – veo que tampoco has cambiado con las fechas, sigues sin recordar ninguna.

El puso cara de estupor mirando al vació de la noche, y la voz volvo a hablar, pero ya en tono triste

- Hoy hace 25 años que me tuve que marchar -
- Lo siento, lo olvide,
- Me parece muy bien, no deberías haber venido – Y a continuación le pregunto
- ¿Cómo estas? ¿Eres feliz?
- Bien, como siempre- respondió él – cada vez que encuentro a alguien la fastidio tarde o temprano
- No me culparas a mi de eso, eres tu quien nunca esta satisfecho, quien siempre esta buscando –
- Si, Mireia, tienes razón –
Ella rió desde las penumbras. – Claro, como siempre – y volvió a reír
- Me gusta oírte reír – dijo el – me gusta verte contenta
- Yo ya no estoy ni contenta, ni triste. ¿Cómo están tus hijos?
- Enormes, muy majos… podían haber sido nuestros.-
- ¡Tu eres imbecil! – Le grito la voz – merecerías un castigo por lo que acabas de decir, ¡son tuyos! -
- ¡Anda vete ya! Déjame tranquila. Vete a casa, y sigue añorando a esa chica, y no me culpes a mi de tus miserias -
- ¿Y tú como estas, Mireia?-
-¿Yo?-
- Si –
- Muerta -








http://youtu.be/SLxrrE6wC5I

domingo, 15 de mayo de 2011

La cita

Cuando salio de casa lo tenía todo muy claro…

- No va a pasar nada – se decía – No hagas planes, las cosas van solas…

Iba con tiempo, con mucho tiempo, no hacia falta correr. Llego a la calle de la cita, y se puso a buscar aparcamiento. Una vuelta, otra vuelta, y otra

- No, si al final llegare tarde -

Y por fin encontré sitio. Aparco, y aun tenia mucho tiempo, y al bajar se de coche se dio cuenta.

- ¡Joder! La fastidie - exclamo contemplaba el desastre a sus pies

Por maldición de algún travieso duende, tal vez de dos patas, a sus pies llevaba calcetines de distinto color, bueno, no muy distinto y aunque quizás ella no notara nada, el lo sabia, y eso no le dejaría estar tranquilo en toda la noche

Así que se subió otra vez al coche y se dirigió a al Corte Ingles cercano, compraría unos calcetines. Aun había tiempo

A todo correr compro los calcetines, y volvió a la dichosa calle. Otra vez a buscar aparcamiento

- No, si al final llegare tarde -

Por fin encontró el aparcamiento, era tan estrecho que tendría salir por el portón trasero. Eso, o dejar la tripa en el intento, lo cual no le vendría mal.
Y aparco, y al salir por la hendidura que dejaba la puerta, se produjo el desastre final, se engancho el pantalón, y este rompió.
Así no acudiría, no, ni pensarlo. Una cosa es ir a comprar calcetines, otra era un pantalón, además no había tiempo, ya era la hora y ella estaba allí, ya la veía

- Que guapa es – pensó – pero tranquilo, que no tienes intenciones.

Cogio el teléfono y se dispuso a cancelar la cita, así no se presentaría, enseñando los calzoncillos, y menos ante una mujer tan bonita

- ¡Hola! – dijo ella a contestar la llamada.
- Veras… no voy a poder acudir - titubeante e inseguro – ya se que es tarde, pero es que me ha surgido un problema y no puedo ir…
- Pero si te estoy viendo – dijo ella

Y después de un silencio que a él le pareció eterno, dijo:

- Es que al salir del coche se me ha roto el pantalón y no quiero que me veas así…

Ella echo una carcajada tremenda, y respondió

- Anda tonto, ven que te de un beso -

jueves, 21 de abril de 2011

Y el le dijo...

Y Él le dijo así a Ella:

- Yo no conozco a ese hombre, pero por lo que me cuentas parece un ser inteligente, sensible y con talento, y le quieres, le quieres mucho. Pero le estas pidiendo que se lance, que arriesgue, que sea la causa de que tu abandones a tu marido, que es así mismo un hombre de mucho talento, a quien también quieres, y él lo sabe, Y tu estas esperando su respuesta sin arriesgar nada. Que le amas esta claro, para mi desgracia, pero si es así, deberías primero tomar una decisión, apostar por el, aun arriesgo de la inmensa perdida que podría suponer. Ser tu, solamente tu, sin cargas, sin equipaje, que en la decisión de él solo pesara tu persona, solo sus sentimientos por ti. Y ojala se decida por ti, por que te haría feliz, y yo quiero verte feliz -
- Pero si no decide por ti, no estaras sola, yo estare junto a ti -

Pero en realidad no le dijo eso, no dijo nada, fue cobarde, le dio miedo perderla, como si es que fuera suya

Se limito a intentar besarla torpemente, por que el estaba comenzando a amarla. Pero Él no era un hombre de talento, simplemente un hombre cobarde que nunca supo esperar,

sábado, 16 de abril de 2011

El frío, me gusta el frío





El frío, me gusta el frío
el aire frío es duro
la nieve calma los sonidos
hace que los recuerdos
no se oigan
no se sientan

En el frío no hay
silencios compartiendo
soles
y aquella tarde frente
el mar
queda lejana, inexistente


Solo
la inmensidad blanca
la sonrisa helada

En los oídos
el jadeo y el crujir
de los pasos
violando la nieve
nada en el pensamiento
nada
no recuerdo nada.

Todo es blanco
todo es frío
todo es olvido

No hay sentimientos
Solo sensaciones

Y entre el hielo
asoma una rosa salvaje
ya marchita, sin pétalos
quemada por el viento
solo es un tallo
enamorado de otra
imposible primavera

Pero si le tocas
el Frío se asusta

Su aroma vuelve
como una sensación
lejana, ausente
te devuelve
a las tardes
sin nada mas que hacer
que el sol y tú

miércoles, 2 de marzo de 2011

La Muerte se equivoco... dos veces

Estaba la Muerte ordenando su despacho, y al abrir un cajón cayo al suelo un viejo papel, que decía:

“Fadrique de Gurrea, 32 años, labrador. Estatus: siervo de la gleba ¡SUSPENDER RECOJIDA!”

La Muerte miro la fecha del documento, 1084, y al no ver el sello de “cursado” le asalto una duda, y se dirigió al archivo,

Y efectivamente, no había sido cursado, al pobre Fadrique, le había “recogido” con 40 años de antelación.

La muerte compungida inmediatamente llamo su despacho a Fadrique

Al entrar Fadrique en el despacho de la Muerte, esta le hizo un gesto para que se sentara, y cuando lo hizo, la Muerte se dirigió a el, de esta manera:

- Fadrique, vera, cuando le “recogí” se produjo un error, y lo hice antes de tiempo -
- ¡Vaya! – dijo Fadrique con casi indiferencia.
- Pues vera – prosiguió la Muerte - tiene usted que volver y vivir esos años que le faltan, pero para compensar el fallo le voy a dar a elegir, entre volver a año en el que le “recogí” o volver a vivir en el año presente, 2011 –
- ¿Y que ventaja tendría de volver a tiempo presente? – pregunto Fadrique
- Pues vera – le comenzó a explicar la Muerte – en el 2011 usted ya no será un siervo, sino un ciudadano, tendrá derecho a votar a sus gobernantes, podrá ir donde desee, y ser propietario de su propia casa, etc.
- Pues sin duda al 2011 – dijo convencido el siervo muerto
- ¡A si sea! – ordeno la Muerte



Dos años después la Muerte al revisar el correo, bueno más bien los emails que hasta la Muerte se moderniza. Vio uno de Fadrique, con curiosidad lo abrió, y decía así:

Estimada Doña Muerte

Le escribo estas líneas para pedirle amablemente que reconsidere mi situación y me devuelva a mi año de 1085.

Le justifico esta petición

Verá, yo en 1085, como siervo de la gleba, tenia las siguientes obligaciones y pechos. Trabajar 5 días de cada mes en las tierras del Señor. Las tierras que cultivaba y de las que vivía, eran propiedad del Señor, y por ello tenia que pagar diezmo, o en lenguaje actual, el 10% de mi renta, además de lo que quedaba debía pagar otro diezmo a la Iglesia. La casa donde vivía era también del Señor, con la única obligación por mi parte de mantenerla en buen estado. El Señor tenia el derecho follarse (disculpe el lenguaje) a mi mujer cuando deseara, pero siempre tenia un detalle después con la familia. Un domingo al mes, después de cumplir con la religión, me dirigía en mi mula a mercado, para vender mis productos, con el único gasto el puentazgo (peaje) que pagaba al Señor, por cruzar su puente, y las hierbas del camino que comía mi mula.

Ahora, en 2011, trabajo por un sueldo en una oficina bajo la diabólica luz de un fluorescente, sin ver la luz del sol, y eso todo el año, sea tiempo de cosecha, o no.
Por un sueldo, del cual el Estado, (mi nuevo Señor) se queda con el 22%, sin contar lo que pago al curandero, que ahora llaman Seguridad Social. Con lo que me queda compro la comida (que sabe a plástico), en un sitio llamado supermercado, por lo cual el Estado (mi nuevo Señor) me cobra el 18%. En concepto de algo que llaman IVA.
Para ir a trabajar utilizo una mula mecánica, que come gasolina, y que tengo que pagar yo. Por comprar la dichosa gasolina, el estado me cobra el 45% de su valor. Además como debo ir por la autopista, para llegar a tiempo (en este siglo, el tiempo es fundamental, siempre hay prisa) debo pagar peaje… como cuando cruzaba el puente del Señor, pero en este caso, todos los días.
Efectivamente, vivo en mi propia casa, pero para ello debo de pagar a un usurero anónimo, (al menos antes el usurero tenia nombre, cara, y ojos) algo llamado hipoteca, que consume la mitad del salario, que me quedaba después de pagar lo que ahora llaman impuestos, y además debo pagar algo que llaman IBI y múltiples tasas y pechos.
Y aunque puedo viajar e ir a donde quiera, no tengo ni tiempo ni oro para hacerlo.
Ahora, como antes, también hay Rey, y me sirve para lo mismo que antes, nada. Pero al menos cuando era siervo, por debajo del Rey solo estaba mi Señor, el Conde, y sus recaudadores y magistrados. Ahora hay… Presidente del gobierno, ministros, diputados, comunidad autónoma, municipio, y a todos ellos debo pleitesía, y pagar diezmos.
No es cierto que pueda elegir a mis gobernantes, una vez cada cierto tiempo debo elegir el pergamino correspondiente a lo que llaman partidos, y meterlo en una caja, Y son esos partidos, o banderías, las que, no se como, eligen a los gobernantes.
Antes como siervo, si el Señor vendía la tierra, a mi me vendía, con ella. Ahora la empresa en la que trabajo, va a ser vendida a otra de allende los mares, y a mi con ella.
Eso si, ahora el Estado, mi nuevo Señor, no se folla (perdone el lenguaje) a mi mujer, se le folla (perdone el lenguaje) un tipo de Alcobendas, tan pringado como yo, y que conoció en una “cosa” que se llama Internet, y que tengo que pagar yo, eso si, con el susodicho 18% de IVA para mi nuevo Señor, el Estado. Ni detalle, ni nada.

Por eso, Doña Muerte, le ruego me devuelva al año 1085, y a mi condición de siervo, me sale mas a cuenta.

Muchas gracias por todo, le saluda su futuro difunto,

Fadrique Gurrea

lunes, 17 de enero de 2011

El Juicio

Juzgado de lo penal numero 17 de Madrid. Fecha: 6 de marzo de 2012. Juicio oral.

Una vez leídos los escritos de acusación y defensa el juez se dirige al acusado.

- El acusado responderá ahora a las preguntas del Ministerio Fiscal -

El fiscal con mirada fiera se dirige al acusado que se retuerce de pavor y vergüenza en el banquillo entre dos policías somnolientos

- ¿Es usted Don Hilarión Pitocorto Aceitunez? -
- Si señor – responde el acusado con voz casi inaudible
- El acusado se servirá de hablar en un tono audible – dijo el juez con severidad, y añade – repita la pregunta señor fiscal –
- ¿Es usted Don Hilarión Pitocorto Aceitunez? – repitió el fiscal
- Si – grito Agapito
- ¿Diga si es cierto que el día 8 de enero de 2012 a las 11 de la noche se encontraba en el local de ocio denominado “Aquí te pillo”? –
- ¡Si! es cierto –
- ¿Diga si es cierto, que encontrándose en dicho local se acerco a al lugar que ocupaban las hermanas Doña Casta y Doña Susana Verbenez Progrez? –
- Si señor –
- ¿Es cierto así mismo que solo dirigió la palabra a una de ellas, concretamente a Doña Susana? –
- Si es cierto –
- ¿Podría repetirnos lo que le dijo?
- Pues… - balbució Hilarión, poniéndose colorado – le dije que me gustaba
- ¿Solo a Doña Susana? – insistió el fiscal
- Si –
- ¿Podría decir a este tribunal a razón de que solo se dirigiera a Doña Susana, discriminando a su hermana Doña Casta?
- Pues vera usted, tenia los ojos oscuros y la otra azules, y a mi me gustan los ojos oscuros.
- ¿Entonces admite usted que discrimino a Doña Casta por razón del color de sus ojos?
- Si –
- ¿Hubo alguna otra razón para esa discriminación? –
- Si –
- ¿Cuál fue?- se cebo el fiscal que ya sabia que el juicio era suyo
- Pues tenia el pecho mas grande –
- ¿Alguna mas?
- Pues parecía tener mas edad, y me pareció mas apropiada para mi
- ¿Entonces admite usted que discrimino a Doña Casta, por razón de aspecto, volumen mamario, y edad, contraviniendo la ley Pajin de 2011 de Igualdad de Trato? -
- Si -
- No hay mas preguntas Señoría – dijo satisfecho el fiero fiscal

El juez dirigiéndose al acusado le dice:

- ¿Tiene usted algo que añadir, o manifestar? -
- Si –
- Pues levántese y dígalo – dijo el juez con hastío
- Pues vera señor juez, le juro a usted por la Virgen de la Paloma, que si me las vuelvo a encontrar me gustaran las dos igual, es mas si hace falta hasta hacemos un trío, y le digo aun todavía mas, que me gustan todas, todas la mujeres, pero todas todas ¡eh!... Por igual

- Queda visto para sentencia -