Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

martes, 9 de febrero de 2010

El barquero de Caronte

Se encontraron como siempre, una vez al año, en la cena del equipo, y mientras tomaban la cerveza de “antes” le pregunto:

- Sonia ya esta bien ¿no?,
- Si, muy bien, totalmente recuperada, como nueva. Gracias
- ¿Y porque no ha venido?
- Es que veras, ya no estamos juntos
- ¡No jodas! – Con cara de falso asombro – ¿Qué paso?
- Nada, se fue – con resignación dijo el otro
- ¡Que guarra! Después de lo que pasantes por ella

Y entones como una oleada de rabia, pena, le vino a la mente, las noches interminables en el hospital. Las tardes sujentandole la frente mientras vomitaba el veneno de la “quimio”.
Los abrazos intentando no llorar mas que ella, mientras le decía que no se iba a morir, que todo iría bien, y por dentro pidiendo a un Dios en el que nunca creyó, que la salvara.

Y entonces cojiendole por el cuello de forma violenta, con al rabia de meses le dio le discurso de su vida.

- ¡Cállate imbecil!, esta bien, sana y viva, y es lo único que importa, ¡que me importa!, ¡Tu que sabes! Acaso tu vivirías todos los días junto al recuerdo de tu casi muerte. Con el bote de medicina que te salvo y cada vez que le vieras recordaras…

…………

Es la tragedia del Barquero de Caronte, o de Orfeo, o Euridice…. O los tres

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