Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

sábado, 21 de agosto de 2010

Me llamo Maria,,,

Me llamo Maria, pero todo el mundo me llama Mari, y soy de Cádiz

Las cicatrices que veis en mi rostro, la oreja que me falta, la cojera que acuso al andar, aunque gracias a Dios cada día se nota menos, no fueron a causa de una paliza de mi “mario” que es un bendito, muy “aburrio” pero un bendito, ni por un accidente de automóvil, ni siquiera una pelea en el puesto de bragas, todas a un euro, del “mercaillo”

Todo comenzó una noche, llevaría ya un buen rato en la cama cuando sonó el teléfono, y aunque no dormía, acalorada por la “traca” de plancha que me había “pegao” mientras veía el “sesei” en la tele.
Lo deje sonar un momento por si “er pisha aburrio” que roncaba a mi lado, tenia a bien cojerlo, pero naa, siguió roncando.

Así que lo coji yo…

- Buenas noches, le llamamos de la funeraria – al oír es esto a mi me subieron los sudores y hasta creí que me había “bajao” el mes, del retortijón que me dio

- Le llamamos en relación al entierro de su familiar Don Manuel “nosecuantos” –

Ahí yo ya respire, ¿Quién puñetas era ese “Manue”? yo no lo conocía de “naa”

- Para comunicarles que debido a un error no tendrá lugar a las 4 de la tarde como estaba previsto, sino a las 9 de mañana, en la calle 25. Disculpen las molestias – Y colgó el tio cenizo

Yo volví a la cama aliviada, que susto me había llevado, pero el alivio me duro poco…

Y me puse a pensar:

- Hay que ver, por “curpa” del malahe ese del teléfono, ese hombre, el tal “Manue” se va a ir a otro mundo, sin nadie que le acompañe -

- ¿A ver como localizo yo a esa familia? -

Me levante y fui a mirar en la guía si encontraba al difunto, y “naa” no aparecía

Así que me volví a cama, diciéndome que no podía hacer nada.

Pero no podía dormir. A las 5, que mire el “relo”, me levante

- Aunque su familia no fuera a despedirle, ese hombre no se iba a ir solo, ¡vamos! como que me llamo Maria -
Y abrí el armario buscando el vestido negro de los entierros. Me lo probé, bueno, me lo intente probar, pero no me entraba, hacia tanto que no lo usaba, El otro “vestio” negro que tenia, pues era con mucho escote, pero total, no me iba a ver nadie.

Así que a las 7 me duche, me enfunde el dichoso vestido, y recuerdo que pensé:

- Oño Mari, pero quien bien luces el escote –

Y me fui camino del cementerio…

Al llegar al cementerio, ya puesta, le compre unas flores al “Manue” ese. Que por cierto, carísimas. Me dije: que al día siguiente lentejas viudas. Con lo que me habían costado las flores, viudas, huérfanas, y “divorcias” ¡vamos! lentejas, agua, sal, y si el “aburrio” me alegra el cuerpo a la noche, lo mismo le pongo laurel.

Al llegar al donde había dicho el tio del teléfono, aquello estaba “abarrotao”. De alguna manera se habían enterado, pero ya que estaba allí y tenía las flores, decidí quedarme.

Note que todo el mundo me miraba, me miraban mucho, pensé que era por causa del escote, así que intente taparme con las dichosas flores, pero lo deje, parecía que tenía un florero en el canalillo.

Por fin metieron al “Manue” en el nicho, y me sentí obligada antes de irme de dar el pésame a quien me parecía que era la viuda.

No había terminado de decir lo de “Le acompaño en el sentimiento” cuando la viuda se abalanzo sobre mi llamándome puta, y me clavo las unas uñas rojas como garfios en la cara.

Y esto fue como una señal, “toa” la parentela femenina, y alguna masculina se liaron a darme golpes, “patas” y de “too”.

Y yo tonta que soy, solo protegía las flores, que me habían costado un huevo, y las tetas, que me lucen muy bien

Ya dentro de la ambulancia pensaba…

- Pos mira que me he puesto las bragas viejas, y que van pensar de mi los médicos der hospita -

Me llamo Maria, pero todo el mundo me llama Mari, soy de Cádiz y tonta perdia

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