Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

viernes, 10 de abril de 2009

El peso

Y ahora me preguntan por...

El peso

¡Pero como pueden preguntar eso! Si es una invitación al embuste, y como mínimo una grosería.

Pero siempre puedes no contestar, pero casi es peor, ¿no contestas por que pesas mucho, o poco? Lo dicho, una grosería

Pero se me ocurre una situación.

Presentemos a los personajes

Genaro, varón, soltero, 48 años, vive con su madre en el pisito de un barrio de los años 60, en una gran ciudad, funcionario del ayuntamiento, peso declarado en la encuesta: 87 Kg.

Hortensia, mujer, divorciada (a causa de la tradicional amistad hispano cubana) 44 años, vive sola en una mediana ciudad de provincias, ama de casa, peso declarado en la encuesta 56 Kg.

Ambos odian la mentira

Se conocieron a través de estas páginas, y durante meses charlaban, largas conversaciones, pero con solo tres temas, a saber:

• Que como es ella
• Lo que espera Genaro de una mujer
• Lo delicada que esta la madre de Genaro

El le envía casi todos los días poesías, llenas de miel y “amada mía”, cuando no se le ocurre ninguna, fusila a Neruda, o a Octavio Paz que son muy socorridos para estos casos.
Ella que la única poesía que recibió de su exmarido fue la lista de las cosas que quería llevarse en la maleta a Cuba, a ese viaje de “negocios, para promocionar el rico queso local. Esta encantada.

Después de unos meses así, por fin deciden conocerse. Naturalmente es Hortensia quien viaja a la ciudad de Genaro, Es que su madre esta muy delicada, y no quiere dejarla mucho tiempo sola.

Cuando ella llega a la estación se produce la siguiente escena

El esta en el anden, una bolsa de deportes en la mano, jersey de rayas, que le queda algo corto.
Ella baja del tren y le ve, sonríe, y aunque esta mas calvo de lo que esperaba, no importa.

GENARO- Hola Hortensia, ¿Qué tal el viaje?
HORTENSIA- Bien, se me hizo largo, tenía ganas de llegar,

Ella no sabe si darle la mano, o un beso. El ni se inmuta, las manos colgando flácidas a sus costados, la bolsa junto a pierna.

GENARO- He traído una cosa.
HORTENSIA- ¿Siiiii?

El se agacha, mete la mano en la bolsa,… y saca una báscula, de las de baño. Ella piensa: - Que bromista es- y sonríe

GENARO-Anda súbete
HORTENSIA - ¿Para que? – pero aun sonríe, que bromista es
GENARO- ¡Sube!

Ella mira a su alrededor, un poco a avergonzada, y sube…

La báscula da el peso, ¡58 Kg!

GENARO- ¡Me has mentido! Sabias que odio las mentiras

Ella ya no sonríe

HORTENSIA- Pero Genaro, si es que ayer me comí unas fabes con almejas que hizo mi hermana.
GENARO- ¡es igual! Debías habérmelo dicho
HORTENSIA- Es que también me opere el pecho, 400 gramos en cada una, como decías que te gustaban las mujeres con el pecho grande, quería darte una sorpresa.
GENARO- Una mentira es una mentira, ¡Adiós! Mira que dejar a mi madre sola para esto.

Guarda la bascula, coje la bolsa, y se va.

Ella aun no puede creerlo, se sienta en un banco de la estación. Se descalza un zapato, -¡uff! Que daño me hace, como son nuevos, los compre ayer para venir.

Cuando se le pasan algo las ganas de llorar piensa:

-En cuanto vuelva a mi pueblo me meto puta. que en eso al menos solo te preguntan el precio, y los euros no se pesan-

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