Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

miércoles, 22 de abril de 2009

"Primero, pues, la avaricia, luego fue creciendo la ambición, y estos dos fueron como la masa y material de los demás vicios. Porque la avaricia echó por tierra la buena fe, la probidad y las demás virtudes; en lugar de las cuales introdujo la soberbia, la crueldad, el desprecio de los dioses, el hacerlo todo venal. La ambición obligó a muchos a ser falsos, a tener una cosa reservada en el pecho y otra pronta en los labios, a pesar de las amistades y enemistades, no por el mérito, sino por el provecho, y, finalmente, a parecer buenos más que a serlo. Esto en los principios iba poco a poco creciendo y una u otra vez se castigaba; pero después que el mal cundió como un contagio, trocóse del todo la ciudad, y su gobierno, hasta allí el mejor y más justo, se hizo cruel e intolerable.

Pero al principio más estrago que la avaricia hizo en aquellos ánimos la ambición, que, aunque vicio, no dista tanto de la virtud, porque el bueno y el malo desean para sí igualmente la gloria, el honor y el mando. La diferencia está en que aquél se esfuerza a conseguirlo por el camino verdadero; éste, como se halla destituido de mérito, pretende por rodeos y engaños
"

Cayo Salustio Crispo (86 AC. - 36 AC.) La conjuracion de Catilina

No todos los politicos son iguales, Los hay "buenos" y "malos". Cada cual que decida quienes son estos o los otros, y se lo aplique a "suyos".

Yo lo tengo claro.

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