Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

domingo, 16 de octubre de 2011

El retrato

Cuando le vio en una foto iluminada por la luz de la pantalla sufrió el primer latigazo, Aunque había hablado con ella ya, no conocía su imagen y cuando le vio, tubo una descarga, le conocía, no sabia de que, pero le conocía.
Pero no era un conocimiento físico, ni antiguo, ni un fantasma del pasado. Era parte de una de sus imaginaciones, uno de sus mundos construidos a partir de la mirada de una mujer de dos dimensiones, la mujer de un cuadro. Tal vez una mujer muerta, o inventada.
Pero aquella mujer, aquella mirada era real.
Y no recordaba donde, en que cuadro, en invención suya le había visto.
Si recodo la sensación, la tristeza de la sombra. La sombra de quien vive la vida de otros, sin encontrar la suya, De quien la busco en el amor, en la maternidad, en el arte, en el sexo, en su propia sublimación, en su degradación, y nunca la encontró, sintiéndose siempre sombra, sin saber que objeto, que sentimiento, que anhelo, al interponerse entre la luz y ella era quien la producía, y le hacia real.
Una mirada de sombra.
No quiso ese día darle mas importancia al tema, supuso que seria una sensación pasajera, algo inerte trasmitido por la foto, y reflejo de lo hablado. Y además dentro de poco la vería, no fija, sino moviéndose, sonriendo, conocería su olor, y todos aquellos matices que hacen las mujeres reales, y las extraen de sus imaginaciones.

No fue así, aquel día, aquella tarde en la que se vieron, en la que él estuvo especialmente torpe, todo se hizo mas intenso.
Una vez le vio alejarse, bajando por las escaleras, todo aquella sensación de vivido le volvió a asaltar.
Camino, comenzó a llover, de forma brutal, las calles se llenaron de agua, y vaciaron de seres humanos, Sus zapatos de verano, estrenados para la ocasión, se convirtieron pesados lastres, el agua resbalaba por la espada hasta el cinturón, demasiado apretado en un intento vano de disminuir su barriga.
No dejaba de pensar quien era esa mujer, en que cuadro, en cual de sus muchas vidas la imagino.
Ya en su casa, sentado ante el ordenador, comenzó a buscar el cuadro, primero entre los que tenía guardados recientemente, luego empezó a mirar, a buscar en la red.
Y al fin dio con ella, era ella, y la mirada que en su día, le hizo sentir, imaginar, vibrar, allí estaba, y esa tarde le había hablado.
Todas esas miradas que imagino que le fascinaron en alguna ocasión, tal vez en algún lugar, existan, con los mismos sentimientos, las mismas vidas que el soñó
¿Dónde están?
¿Dónde están las mujeres reales cuya imagen soñada le fascino?
¿Y donde están los retratos de aquellas mujeres que conoció, que conoce, y nunca soñó?
¿Serán el sueño de alguien?
¿Habrá en alguna parte el retrato de ellas?
¿Seremos todos el sueño de alguien?
¿Será todo un sueño, un retrato de otras vidas?

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