Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

lunes, 29 de junio de 2009

El Salto del Angel, (la excursion 2ª parte)

En anteriores episodios:

Tres holandeses mareados
El piloto dormitando
Las tiras de bacon a medio digerir del suelo comenzaban a dar su opinión
La radio de la aeronave crepitando bajo las descripciones de las hazañas sexuales de una voz informe.
Yo con calambres en los brazos de tanto agarrar los mandos, “pa” que “aquello” no se
meneara.

¡¡¡LA EXCURSION!!! (2ª Parte)

Por fin el argentino volador me dice:

- Podes solta, ya estamos llegando.

Suspire de alivio, pero nada comparable con el suspiro que se oyó en el asiento trasero. El piloto cojio los mandos con una mano, y con la otra el micro de la radio.

- ¡Che! ¿“habe” mucha gente?
- No – dijo la radio – ahorita mismo salgo yo y puedes pasar.

El aereochofer en ese momento se sintió locuaz, lo cual hizo que le estomago se me encogiera aun más.

- Vamos a ver el salto del ángel, si no hay mucha niebla, el avión al entrar se inclinara un poco, pero no te preocupés.

Me empezaron a temblar las piernas, aunque aun no sabia la magnitud que significaba ese “se inclinara un poco”

Y comenzamos a descender hacia la niebla, durante unos segundos la avioneta se vio rodeada de una pasta blanca… blanca como un sudario.
Al salir de la niebla, al frente, la rocas de la pared vertical del tepuy. Hasta creí distinguir unas hormiguitas que subían placidamente la roca

. Y entonces supe lo que era “inclinarse un poco”

Cuando el avión se puso por fin recto y abrí los ojos, a la derecha rocas verticales, izquierda rocas verticales, arriba, la niebla, abajo, nadie miraba abajo.

Y al fin el salto del ángel, que bonito, que majestuoso, que impresionante, no mereció la pena el miedo pasado, para nada.

Pues ya estaba, ya habíamos visto ese “chorrillo” a lo bestia, ya todo paso, o eso creía yo.

- They want that we see it again – dijo el argentino a los pobres guiris.- is time

Me di la vuelta como un rayo, y les mire, con una mirada que decía “el que abrá la boca le desmondongo”, Mirada superflua, porque se encontraban en estado catatonico, y seguro que no era a causa de la belleza del paisaje

Fue inútil, el argentino, tomo el silencio como un si, y ya estaba dando la vuelta

- Tranquilo che – no se como, me noto inquieto – que tenemos tiempo

Yo interprete ese “tener tiempo” como que aun quedaba combustible, incauto de mi

El tiempo que se refería era al que faltaba para que el vuelo regular Maiquetía – Ciudad Bolívar pasara por allí según costumbre, y horario, así los pasajeros del MD-87, podían contemplar el chorrillo

Pero ya fuera por adelanto de horario, o par mal cálculo del intrépido argentino, allí estaba.

Sensación agradable ver la cara del piloto del reactor mientras podía ver en sus labios una retahíla insultos, lo mas entrañable fue ver la cara de pánico de una azafata con un lunar en barbilla. Tal vez debí haber saludado, pero mis manos se negaron a soltar el asiento.

- Estos boludos llegán antes – dijo el piloto sin inmutarse

En el asiento de atrás se oyó otra vomitona, pero esta vez gracias al cielo, había bolsa

Y por fin nos dirigimos al aeropuerto, porque una especie de aeropuerto se divisaba.

Cuando pasamos de largo, me mire al argentino.

- Esé e para los turistas ricos, nosotros vamos álla

“Álla” era una pista en forma de V. entre los árboles. Ósea que primero era cuesta abajo y luego cuesta arriba, eso si ambas cuestas, eran de tierra con pinta de patatal recién sembrado.

- Mirá si los fla de tu lado bajan – me dice el muy cabr…
- ¿Los que….?
- Los fla

- ¡Ahhhh si! – pensé – los flaps, esos dispositivos que se despliegan en las alas y que si no lo hacen en vez de tomar tierra poco a poco, te la tragas hasta hartarte

Y por fin tocamos suelo, nada mas parar la avioneta, me baje y yo creo que corriendo me aleje unos metros.

- ¡Ehhh! Ayudá a los pasajeros a bajar

¿Pasajeros? Lo único que había allí eran 3 medio cadáveres, pero aun así les ayude

Una vez todos en tierra el piloto me señala aun indio muy bajito, en pantalón corto, blanco, bueno en su día debió ser blanco, y me dice:

- Ese es Santos, que os llevara a las canoas

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