Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

jueves, 18 de noviembre de 2010

La cena

Estoy sentado en la cena de los viejos amigos que nunca fuimos. Frente a mi esta el Psiquiatra, al cual le cuento que últimamente me ha dado por bucear en las viejas cajas acumuladas y nunca abiertas después de cada una de mis mudanzas
El me escucha mientras mastica de forma grosera un pedazo de carne y cuando lo traga, me pregunta:

- No estarás volviendo oler las bragas de Mireia?
- ¡Que va! - Le respondo sonriendo. Y después de encender un cigarrillo le digo – ahora huelo las de tu ex, es que ando por las cajas de cuando me mude de Rafael Calvo, creo que aun estabais casados –
- ¡Coño!, eso tuyo se soluciona yéndonos de guarras –
- No tengo un duro – respondo
- No importa – me dice – ya me voy yo solo y luego te cuento – y se volvió a meter un pedazo de carne en la boca.

La Química, sentada a mi lado, nos escuchaba desde su 1,90 y le dice al Psiquiatra:

- Tu todo lo solucionas yéndote de putas – y dirigiéndose a mi – Joder Biólogo, lo que fumas, ¿no lo habías dejado? -
- Si, pero me gusta fumar, y he vuelto –

Ella hace como que no me escucha, y vuelve a mirar al Profesor, su amante secreto. Secreto solo para ellos dos, todos los demás sabíamos que ambos se acostaban el uno con el otro en sus imaginaciones. Llevaban 20 años haciéndolo. o mejor dicho pensándolo, pero jamás se lo habían dicho, por eso era secreto.

El Profesor decide terciar en la conversación, y me pregunta

- ¿Porque no ha venido la Arqueóloga? -
- No lo se – respondo como si no fuera conmigo – Supongo que no encontró con quien dejar a los niños. Le tocaban a ella… –
- ¿Como están los niños? – pregunta la Química
- Enormes – respondo y enciendo otro cigarrillo
- ¡Deja de fumar ya! –

El Psiquiatra que ya ha tragado la carne, me dice,

- ¡Coño! Biólogo, pareces tonto, con lo buena que esta.
- Se lo diré de tus partes – le respondo
- No deja, ya le llamo yo mañana y se lo digo -
- Tu mismo, pero ya sabes que te saca una cabeza –
- Vaya rollo raro que os traéis, para eso no haberos divorciao, hacéis lo mismo que dos casaos menos lo mas bueno y encima manteniendo dos casas – me dice la Química
- Ya ves… – le digo – ¿Y tu sigues sin hablarte con tu ex y sin dejarle ver a sus hijos? – que es el otro Químico sentado unos puestos mas allá, el cual hace como si no oyera nada.
- Ya son mayorcitos para decidir por ellos – dice ella
- Si que son mayores, si – añade el Psiquiatra riéndose con la boca llena y dirigiéndose a la Funcionaria dice:

- ¡Funcionaria! ¿Verdad que el mayor de la Química esta muy bien formado y adulto para tener 23 años? –

Ambas, la Química y la Funcionaria miran con odio al Psiquiatra, solo que esta ultima, además esta colorada como un tomate.

Yo no puedo contener la risa, pero si puedo contener silbar una melodía de Simon & Garfunkel.

Cuando termino de reír, me percato, que la Funcionaria me mira, implorando ayuda. Cosa que hago poniéndome serio, y mirándola con morbo mal disimulado. Eso si, me dispongo a desviar la atención de ella

- Química, me han dicho que vuelves a ser virgen
- Bastante te importara a ti – me responde
- Si lo digo por echarte un mano… o un dedo
- ¿Pero sabes? –
- Claro tonta, ¿no te acuerdas? –
- Pues no -

Ahora la que se ríe a carcajadas es la Funcionaria.

Al final de la mesa están Constructor y los dos Abogados, ella y el, charlando de fútbol, entre ellos esta la Ejecutiva, que se aburre aliviada.

A la derecha del Psiquiatra esta la Jueza contándole a la Filóloga, el ultimo viaje que ha hecho a los países del este, la Filóloga le mira con cara de solo poder contar la peazo hartaa de plancha que tiene para mañana.

Delante de ellas el Tendero le da un discurso al Físico sobre lo mal que esta el país, este cada vez que quiere meter baza se encuentra con otra solución maravillosa del Tendero

Mas allá la Ginecóloga les cuenta chistes guarros al otro Químico, y al Asegurador, que Tienen la vista perdida en el canalillo de la Jueza

Al terminar el último chiste guarro, la Filóloga se dirige al Ginecóloga y le dice:

- Que bien te han dejado el pecho, no se nota nada que te han quitado uno -
. A que si – dice la Ginecóloga agarrandose con las manos las dos tetas – ahora hacen unas prótesis cojonudas – y añade – Que bien que tu maridito te haya dado permiso para venir –

Cosa que hace que los presentes dirijamos fijamente la vista a las tetas de la Ginecóloga, provocando la reacción del canalillo de la Jueza que se sintió huérfano de miradas

- Luego nos vamos a bailar ¡eh! – dice la Jueza – ¿Podrás Ginecóloga?, lo digo por los puntos…

Y siguió la cena anual de navidad de los 17 no amigos de toda la vida.

2 comentarios:

  1. Los reencuentros dan para mucho hablar...jaja...muy buena la cena....besooss y Feliz Navidad

    ResponderEliminar
  2. Ay, biólogo encantador,¿en qué nos convertimos al crecer? Qué tristeza, aunque has contado una historia bien construida y divertida.
    No me hagas mucho caso...es casi Navidad..

    ResponderEliminar