Como canciones
tus palabras el recuerdo
me amanece

miércoles, 27 de mayo de 2009

Apostilla a "La rutina"

No me gustan las moralejas, ni las apostillas, pero también detesto la lechuga, y últimamente no como otra cosa, no es la “operación bikini" sino mas bien la “operación puerta” porque como siga así, ni por las puertas pasare.


Pero volviendo al tema, la rutina. La rutina no se rompe con cosas pequeñas y tontas, no cambiando un peinado, o comprando unos zapatos nuevos… o si, depende de que cosas.

El Antonio de mi historieta, si realmente quería romper con sus rutinas debería haber hecho otra cosa, debería haber cambiado su mente.

Ese día en vez de ponerse un ropa distinta tenia que haber llamado al trabajo, y dicho que sufría un “cólico miseree” y llevar a Concha a comer y pasar el día… y la noche, a un parador bonito, en un lugar alejado de sus vidas.

O al entrar el despacho de su jefe, pedir el finiquito, y largarse a cuidar tomates y melones en le terrenillo que le dejo su madre, allá en un lugar perdido de Castilla.

O, por fin decirle a esa compañera suya, del departamento de cobros, esa mujer espléndida que durante años observo, lo mucho que le gustaba, y que si ella quería…

Tal vez no hubiera cambiado nada, el autobús de Gétafe a Perales, sale siempre a la misma hora, pero al menos ese día, hubiera sido feliz

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