Antonio era un oficinista mas, su vida circulaba siempre por la misma ruta, se levantaba, se duchaba, se ponía la misma ropa o parecida, daba un beso a su mujer, bajaba al garaje, y conducía por la misma ruta a su trabajo, durante 8 horas hacia lo mismo, pasaba asientos iguales, y llamaba a las mismas personas, comía en el mismo sitio todos los días, con los mismos, y a la misma hora.
Cuando volvía a casa, lo mismo todos los días, cenar, ver la tele y a dormir.
El día que cumplió 45 años empezó a pensar, a recordar.
¿Qué había hecho el de especial en los últimos 20 años? No recordaba nada, nada distinto a lo que hizo ayer, salvo el nacimiento de sus hijos, y alguna que otra celebración familiar,
Y le asalto la sensación de perdida, había perdido tanto tiempo, tanta vida…
Decidió cambiar
Mañana haría algo distinto, todo distinto,
En principio se levanto como todos los días, pero en vez de ponerse el traje gris y la corbata oscura de siempre, cambio de ropa, y se fue el primer conflicto
- ¿A dónde vas vestido así? – Pregunto su mujer
- Pues a trabajar como siempre
- ¿Seguro?
- ¡Por Dios!, mujer, ¿a donde iba ir?
- Pues no se, estas muy raro – La cara de ella reflejaba una desconfianza planetaria
Cogio el coche y decidió, ir por una ruta distinta, por cambiar… el resultado fue… que llego tarde al trabajo, nunca había llegado tarde, salvo en aquella ocasión que pincho, lo cual le hizo ponerse mas nervioso aun de lo que estaba.
Y aun en ese estado de nervios decidió seguir cambiando rutinas
En vez de pasar primero los asientos, y luego llamar a su jefe, lo hizo al revés,
Y su jefe, en vez de decirle como todos los días: “Muy bien Antonio, ¿alguna novedad?”. Le dijo que se pasara verle.
Se dirigió al despacho del jefe nerviosismo.
-Buenos días Antonio siéntese. ¿Todo va bien?
- Si, claro, como siempre - Respondió Antonio con una voz temblorosa, que no le gusto nada
- ¿Esta a gusto en su trabajo?
- Si, mucho – dijo, y pensó – Porque me lo preguntara, será la ropa
- Le noto a usted un poco raro, pero ya seguiremos charlando, ahora tengo que hacer una llamada, y ya sabe Antonio, cualquier problema que tenga no dude en comunicármelo, más que su jefe me considero su amigo.
Antonio se levanto y se marcho del despacho, - ¿Su amigo? Pero si era la vez que mas palabras juntas le había dirigido, al margen de los asuntos de la empresa.
Decido no cambiar nada mas en su trabajo ese día
Al terminar la jornada, según se marchaba en vez de dar las buenas tardes cono siempre a la recepcionista, quiso hacer mas… Le pregunto por el novio, aquel chaval de la moto que venia a buscarla y que tanta envidia le provocaba.
No había hecho esto cuando la muchacha se echo a llorar, y le empezó a contar que le había dejado, y que era muy desgraciada.
El como buenamente pudo trato de consolarla, no de manera muy eficaz, puesto que la chica cada vez lloraba mas,
Y claro no iba a dejarla así, con lo cual, paso un considerable tiempo diciendo palabras torpes, hasta que ella se calmo.
Cuando subió al coche se dio cuenta:
-¡Joder! Que tarde es, ahora si que va a desconfiar Concha,
Al llegar al stop, no hizo lo que escrupulosamente había realizado durante todos esos años, no paro, tenia prisa por llegar a casa, prisa por primera vez…
El autobús de la línea Gétale, Perales del Rio, le embistió como mismísimo martillo de Dios
El medico del Samur solo pudo cerificar su muerte.
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